El empresario francés Jean-Luc Lagier falleció a mediados de enero de cáncer mientras cumplía una condena de cinco años de cárcel por un delito de estafa al Instituto Valenciano de la Exportación (IVEX). Su compañero en el banquillo de los acusados, el ex director del Instituto José María Tabares, sigue fugado de la justicia. La sentencia de la Audiencia Provincial de Valencia, confirmada por el Tribunal Supremo, declaró que ambos actuaron "sin el consentimiento ni el conocimiento del IVEX" originando una deuda de 10 millones de euros entre varios bancos y la Generalitat.

Jean-Luc Lagier cumplía una condena de cinco años en el centro penitenciario de Vitoria para estar cerca de su familia, que residía en Cannes (Francia). Los médicos de la prisión le detectaron un cáncer bastante avanzado y le dieron la libertad condicional el pasado mes de diciembre. Antes de un mes ya había fallecido en Cannes. Lagier habría cumplido su pena en 2012 con posibilidad de salir un año antes.

Primero pasó por la cárcel de Aranjuez, donde ingresó en julio de 2007 tras ser detenido por la policía en el aeropuerto francés de París, mientras esperaba a su mujer procedente de un vuelo de Cannes.

La Audiencia de Valencia había emitido en enero de 2007 una orden europea de detención y entrega (Oede). El 14 de junio, Levante-EMV publicó que el empresario francés tenía una inmobiliaria en la Costa Azul y que Tabares vivía y trabajaba en Tokio (Japón), donde no hay convenio de extradición.

En marzo de 2005, la Audiencia de Valencia condenó a Tabares y a Lagier a cinco años de cárcel por estafa y falsedad. Apelaron al Supremo y, en septiembre de 2006, confirmó la condena.

José María Tabares huyó a Japón, donde tenía trabajo como experto en comercio exterior, y Jean-Luc Lagier se dedicó a negocios inmobiliarios en la Costa Azul desde su residencia oculta en París.