El selecto club de los cargos públicos valencianos cuyo patrimonio supera el millón de euros tiene siete socios. En cabeza se sitúan, a mucha distancia del resto, el ex alcalde de Castelló José Luis Gimeno, ahora consejero delegado de Proyecto Cultural de Castelló, y la directora del IVAM, Consuelo Ciscar. El primero, con 3,77 millones en activos, y Ciscar, con 2,57, lideran la relación de declaraciones de bienes de los 186 cargos públicos de la Generalitat, empresas y fundaciones públicas, difundida ayer en el DOCV. Gimeno y Ciscar son como el Bill Gates y Carlos Slim del listado de la revista Forbes. Los más ricos. Tras ellos van el vicepresidente Juan Cotino -con 1,9 millones-, y el titular de Infraestructuras, Mario Flores -con 1,1-, los únicos integrantes del Consell que son oficialmente millonarios.

Los otros tres altos cargos con una hacienda personal valorada en más de un millón son el director del Instituto Valenciano de Seguridad y Salud en el Trabajo, Miguel Ángel Tarín (1,3 millones); el director general de Farmacia, José Eduardo Clérigues (1,1) y la directora general de Investigación Sanitaria, Pilar Viedma (1,02). Llamando a la puerta de este grupo está el conseller Font de Mora (933.659 euros), mientras que también pueden rebasar la cifra mágica el subsecretario de Sanidad, Juan Alfonso Bataller (890.000 euros) o la directora de la Fundación de Investigación Sanitaria y Biomédica, Sonsoles Musoles (805.300 euros). En realidad, estos patrimonios son muy superiores, ya que el valor de los inmuebles declarados es el catastral, muy inferior al de mercado.

Gimeno declara un valor catastral de sus viviendas de 2,9 millones y 869.938 euros en bienes muebles. Tiene la suerte, además, de no deber un euro, mientras que Consuelo Ciscar acumula un pasivo de 843.644 euros. La directora del IVAM tiene casas cuyo valor catastral es de 2,1 millones y tiene 433.712 euros en otros bienes. La situación económica del matrimonio que forma con el conseller Rafael Blasco es envidiable. El titular de Solidaridad y Ciudadanía declaró una vivienda urbana y otra rústica -176.808 euros de valor catastral- y un activo total de 317.057 euros.

La declaración de bienes de los integrantes del segundo escalón fue decidida por Presidencia, como medida por la transparencia, a rebufo de la iniciativa de las Corts. Pero no ha pasado de translúcida si se compara con el patrimonio de los diputados aireado. Aquellas confesiones ya eran bastante genéricas, pero en estas ni siquiera aparece el número ni tipo de inmuebles ni a qué corresponde el valor de los "otros bienes". Los diputados, incluidos los consellers con acta, al menos concretaban los planes de pensiones, fondos de inversión, cuentas bancarias, coches o acciones. Del repaso de las 186 declaraciones puede concluirse que los cargos públicos valencianos tienen una situación patrimonial sólida. Treinta y nueve de ellos (21%) no adeudan un céntimo. En este grupo se encuentran la intendente del Palau de les Artes, Helga Shmidt, o Enrique Sarasol, director de la Fundación Pro-Esport. Sólo uno de cada cinco cargos públicos (36 de 186) tienen más pasivo que activos, y ello pese a que se mide el valor catastral de los inmuebles. Aunque tienen hipotecas, estas economías son más estables que la media.