Igual que no se entiende el pueblo valenciano actual sin la herencia europea asimilada, tampoco se comprenderá el futuro de la sociedad valenciana sin encajar a los nuevos emigrantes llegados a la terreta desde Europa u otros continentes. Y esto, según advirtió el teórico Rafael Company en la última conferencia del ciclo sobre valencianismo que acoge la Universitat, es el "reto" que afronta el movimiento nacionalista valenciano. "El valencianismo sólo sobrevivirá si acepta un pueblo muy mestizo, porque es el único existente y porque ese pueblo es el que propicia que se haga el pan y se atienda a las personas dependientes. Porque estos ciudadanos son tan valencianos como los que defienden una bandera quatribarrada, con franja azul o estelada", dijo Company para ahuyentar cualquier "tentación esencialista" o etnicista en nombre de una patria. "Independientemente de si somos una nación o dos o tres, -añadió- la integración de los inmigrantes es el reto real de futuro. Porque hay que recordarlo: valenciano es quien vive y trabaja en el País Valencià".

Esto fue un aldabonazo de Rafael Company dirigido a quienes lleven en la sangre una dosis extra de nacionalismo. Pero hubo más. El ex director del Muvim y activista nacionalista desde la juventud duda acerca de "si el valenciano tiene realmente futuro". Ahora bien: de lo que sí que está seguro es de que "el pueblo valenciano es un concepto administrativo pero no sentimental" tras la fractura producida en la Batalla de Valencia.

Europa no es la salida

En realidad, Rafael Company acudió a hablar de la relación entre Europa y el pueblo valenciano. Y partiendo de un profundo europeísmo, también ahí fue crítico. "La Unión Europea actual no tiene nada que ver con aquello que alguna vez nos pudo emocionar. Hoy es la suma de 27 egoísmos de Estado y populismos chabacanos con discursos xenófobos e intolerantes". Esa Europa, subrayó, "no creo que ayude al proyecto valencianista".

De hecho, esa misma Europa sirve de espejo en el que ver reflejados algunos de los problemas del nacionalismo valenciano. Con un fuerte apoyo en las imágenes y los gráficos, Rafael Company demostró que el boicoteo a los productos catalanes y la extranjerización de los vecinos del norte bebe de las técnicas nazis, "sólo que ellos lo llevaron a la quinta potencia".

También en el Viejo Continente hay polémicas sobre las variedades lingüísticas al estilo catalán/valenciano. Ocurre con el bosnio y el croata, el danés y el noruego, el búlgaro y el macedonio, corso e italiano, gallego y portuguésÉ "La ideología lingüística en Europa es blavera", resumió. También hay pugnas europeas entre pan-nacionalismo y nacionalismo estricto (al estilo Països Catalans/País Valencià) y eso se puede ver con los flamencos, moldavos, chipriotas o checoslovacos. Ni siquiera hemos sido originales, zanjó Company, en las disputas que han socavado la identidad valenciana en las tres últimas décadas.