La clarísima victoria del PP el pasado 22 de mayo unida a la debacle socialista se aprecia claramente en el mapa electoral municipal de territorio valenciano, teñido de un azul incontestable. Pero la diferencia existente ahora mismo entre los dos partidos mayoritarios es todavía más elocuente si se recurre a los números. Pasado el 22-M y firmados los diferentes pactos en los ayuntamientos que estaban en el aire, el partido de Francisco Camps arranca el nuevo mandato con 355 alcaldías, 40 más de las que obtuvo en 2007 (315).

De los municipios que dirigirá el Partido Popular, 302 serán con mayoría absoluta y otro medio centenar con mayoría relativa o pactos con otras formaciones (básicamente independientes). En otra treintena de localidades en las que el PP fue el más votado aunque sin mayoría absoluta, los pactos han mandado al partido de la gaviota a la oposición. En definitiva, los populares controlarán 355 de los 542 municipios valencianos, entre ellas las tres capitales de provincia y Elx.

Frente a esto, el PSPV gobernará en 132 localidades, 47 menos que en 2003. De ellas, 93 serán comandadas con mayoría absoluta. Benidorm, Alcoi, Vila-real o Mislata pasan a ser ahora los mayores feudos locales del socialismo valenciano, tras la pérdida de Elx o Gandia. Como tercera fuerza, el Compromís pasa de las 16 alcaldías que logró el Bloc en 2007 hasta las 22 atadas gracias a los numerosos pactos cerrados con otras fuerzas progresistas. La coalición, con especial presencia en Alicante (nueve alcaldías), se consolida así como tercera fuerza municipal, con Burjassot (Valencia) como municipio de mayor envergadura. Esquerra Unida, por su parte, se queda con cuatro alcaldías, aunque mejora cualitativamente su presencia institucional al ganar Buñol. Los partidos ecologistas entran en escenario del poder municipal valenciano, al hacerse con las alcaldías de Villena y Orihuela, ambas arrebatadas al PP.

Este, esencialmente, es el orden de los partidos que arrojan los resultados de las elecciones y los posteriores acuerdos para la constitución de ayuntamientos. En cuanto al mapa de las comarcas, Els Ports, con capital en Morella, resiste como la única que todavía mancha de rojo el mapa electoral municipal en el territorio valenciano. Siete de los trece municipios de esta zona del interior de Castelló tienen alcaldes socialistas. Morella, gobernada por el PSPV de Ximo Puig, es la localidad más poblada con apenas 3.000 habitantes.

El Ports se ha convertido en una especie de aldea gala para el PSPV. Y es que tras el 22-M, otras comarcas en las que había mayoría de alcaldes socialistas, como el Camp de Morvedre, l'Horta Sud o Utiel-Requena, el partido de Blanqueries ha visto como el PP le comía todo el terreno.

El interior, también azul

En el caso de esta última zona de interior, los socialistas han perdido hasta Requena y Buñol (ésta la gobernará EU), poblaciones de referencia. En comarcas de importancia, como la Marina alta, el PSPV continúa su retroceso: sólo 2 de los 33 municipios (Vall d'Ebo y Xàbia) estarán gobernados por el PSPV. Los socialistas también se quedan sin ninguna alcaldía en comarcas como Alt Vinalopó, Baix Vinalopó o Valle de Ayora.

El PP "sólo" pacta

con independientes

La alineación de la partidos de izquierda contra el PP durante esta pasada legislatura ha hecho que los pactos antinaturales prácticamente desaparezcan de la política local valenciana. Apenas pueden destacarse los casos de Almussafes y Gaianes (El Comtat), donde el PP ha pactado con Compromís, que se queda en la alcaldía en ambos casos. Al margen de esto, el PP se ha aliado en unos cuantos municipios, alrededor de la veintena, con marcas independientes para poder formar gobierno. Dénia, Calp, Pilar de la Horadada, Puçol o San Fulgencio son algunos de los municipios más destacados. En muchos otros casos, han sido precisamente las marcas independientes las que han enviado a los populares a la oposición, como el caso de Benidorm con el CDL de la escindida Gema Amor.