Con un diezmado 15-M a escasos metros de las Corts clamando contra el bipartidismo y la corrupción, Francisco Camps volvió a lanzar ayer su propuesta de reforma del sistema electoral para que, "dentro de la Constitución", los valencianos puedan elegir directamente a sus diputados "por circunscripciones uninominales, partiendo del número de representantes de cada provincia".

Esto es, un sistema que otorgaría el escaño al candidato más votado en cada circunscripción, dejando fuera al resto. Con este método, mayoritario y no de representación proporcional, la posibilidad de que las minorías estuvieran en el Parlamento serían mínimas. Fue el anuncio estrella de Camps -ya expuesto en el debate de política general de septiembre de 2010- en su tercera investidura consecutiva como presidente de la Generalitat, un signo de que las arcas autonómicas no están para alegrías.

El debate augura más de lo mismo en una legislatura marcada por las generales de 2012. Ayer Camps siguió el argumentario de Rajoy mostrando su disposición a liderar un frente autonómico -con un mapa de gobiernos regionales controlado por el PP- ante el Gobierno central para "empezar a construir el cambio".

En la legislatura pasada se aprobó crear una comisión de estudio de la reforma electoral, que no llegó ni a constituirse.

El encaje constitucional de la medida está por ver ya que tanto la Carta Magna como el Estatuto consagran un sistema proporcional y no mayoritario. El presidente, que alternó valenciano y castellano, enmarcó su propuesta -defendida el miércoles por la presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre- en la "obligación" de "impulsar las reformas que fomenten una mayor proximidad y conexión directa entre electores y diputados", para permitir "una mayor participación de los ciudadanos en los asuntos públicos y una mayor responsabilidad de los diputados respecto a sus votantes". Con los resultados del 22-M, el sistema otorgaría al PP, que ganó en todas las comarcas salvo Els Ports, más de 90 de los 99 diputados, dejaría al PSPV con menos de una decena de escaños y a Compromís y EU, sin actas.

No obstante, el PP matizó después que la propuesta de Camps, que se aplica en democracias como la británica o la estadounidense, estaría abierta a variables para aplicar la proporcionalidad, de forma que en las Corts seguirían estando "presentes las principales fuerzas políticas". Máxime, añadió, teniendo en cuenta que para aprobarla se requiere el concurso del PSPV, ya que hacen falta dos tercios para cambiar el Estatut y la ley electoral. Aseguró que el objetivo es introducir mecanismos para que los ciudadanos elijan a los diputados y se impliquen.

La propuesta fue rechazada por la oposición.

El socialista Jorge Alarte la consideró "un juego floral"; Mònica Oltra, de Compromís, lo acusó de intentar desviar la atención sobre las listas abiertas; y Marga Sanz, de EU, sostuvo que Camps pretende "eliminar las voces críticas de la calle y de las instituciones, lo que se llama fascismo". En su intervención, en la que hizo un alegato en favor del bipartidismo -"la democracia es alternancia, el PP necesita al PSOE y el PSOE necesita al PP", llegó a decir a Alarte-, aludió al 15-M al señalar que "la democracia son los votos y los escaños" y advertir que en las Corts "no hay espacio para la confrontación violenta y la ruptura antisistema".

El presidente prometió austeridad y, con el Ejecutivo más endeudado de España, instó a "desterrar la idea de que el dinero público no es de nadie y es ilimitado". Anunció un Gobierno "fuerte" centrado en la creación de empleo que, aseguró, no hará ningún recorte en prestaciones sociales, un guiño a Rajoy en un momento en que hay voces que hablan del copago. Hasta varias veces repitió que no recortará el Estado de Bienestar, la sanidad, la educación y los servicios sociales.

"Sólo falta la tubería del Ebro"

Camps, quien no aludió a los problemas judiciales del PP, no tuvo espacio para la autocrítica. "Hemos multiplicado la autoestima del pueblo" valenciano, dijo, para añadir: "Hemos hecho mucho y bien. La C. Valenciana está preparada para salir la primera de la crisis". De todos los problemas del país culpó a Zapatero, con un Gobierno "del que ha formado parte Alfredo Pérez Rubalcaba". "España ha retrocedido cinco años en lo económico y muchos más en lo político", dijo, llegando a acusar a Zapatero de la "negociación con ETA" que ha permitido que "los que apoyan a ETA entren en las instituciones".

El titular de la Generalitat insistió en sus reivindicaciones ante el Gobierno, como la financiación, el AVE a Alicante y Castelló y el corredor mediterráneo, y el trasvase del Ebro, respecto al que solo falta "que el Gobierno ponga la tubería".

Luego inició la campaña de las generales anunciando que va a proponer al resto de autonomías cinco principios -lealtad con España, cooperación, coordinación, solidaridad y austeridad- para contribuir a recuperar el crédito del país. Se comprometió a un "trabajo conjunto" con el Gobierno y el resto de comunidades para las reformas necesarias. Incluso a "liderar" una reforma "inmediata" para "simplificar" las normas. Si el Gobierno no quiere ponerlas en marcha, dijo, trabajará con el resto de presidentes del PP "para empezar a construir el cambio necesario en España". En la Comunitat Valenciana, "ya nos estamos preparando para el día después", aseveró, para instar a reeditar los Pactos de la Moncloa ante la crisis. La ola, avisó, es imparable. "Europa se tiñe de azul, de azul Europa", auguró.