En su segunda visita al juzgado de Paterna, y ya como procesado, el exsecretario general de Radiotelevisió Valenciana Vicente Sanz Monlleó prefirió acogerse a su derecho a no declarar, al contrario que la otra vez. Pero no fue ése el principal detonante del cambio de estrategia de quien será juzgado en la Audiencia Provincial por un presunto delito de abusos sexuales a tres trabajadoras de Canal 9. Con un "no" y poco más Sanz se negó a ratificar su anterior testimonio. Esto es, se desdijo de la confesión que hizo el 16 de marzo de 2010 cuando explicó al titular del Juzgado de Instrucción número 1, Javier García-Miguel, que mantuvo "relaciones sexuales completas" con dos de las tres mujeres que un mes antes denunciaron al exdirectivo de RTVV por acoso sexual.

En el auto de procesamiento de Sanz, el juez consideró probados los contactos sexuales, tanto por la declaraciones "de las víctimas y de los testigos, que no dejan lugar a dudas sobre la autoría del presunto delito" -asestaba el instructor- como del propio acusado. Y subrayaba la importancia que daba al testimonio de quien fue todopoderoso responsable de personal desde 1995 a 2010: "Incluso el imputado reconoce haber mantenido relaciones sexuales completas (...), que es más de lo que afirman las propias víctimas". La diferencia entre las versiones de una y otra parte estaba, hasta ahora, en si hubo o no "consentimiento libre". Pero ayer, Sanz marcó distancias. Fuentes jurídicas consultadas interpretaron la primera declaración como vacuna contra el vídeo que aportó la acusación particular, las "transcripciones de mensajes telefónicos" y los contenidos subidos de tono extraídos de los móviles de los implicados, elementos que, según el juez, "prueban la presión y control a la que se veían sometidas las mujeres". Pero la evolución de la causa ha obligado a virar la estrategia.

El procesado llegó al juzgado, pasadas las diez de la mañana, en vaqueros y sin corbata, acompañado por su abogado, el penalista murciano José Pardo Geijo y el hijo de éste, también letrado. Estuvo veinte minutos ante el juez, según explicaron a este diario fuentes judiciales, y a la salida también rehuyó hacer declaraciones a la prensa. Un "muy bien" de rigor cuando le preguntaron cómo estaba fueron sus únicas palabras en la calle.

Tras la comparecencia de ayer, se procederá a señalar la fecha de la causa que se juzgará en la Audiencia Provincial. Sanz, jubilado desde junio, se enfrenta a una posible condena de hasta 10 años de cárcel por los presuntos abusos sexuales, que suponen un grado más que el acoso que se denunció y están en la antesala de la agresión sexual.

"Pronto paso de acoso a abuso"

El juez García-Miguel entiende que hay serios "indicios" de que los hechos denunciados empezaron como un "acoso" y "pronto se transformaron en un abuso sexual". Un delito que, según explicó de forma pormenorizada el juez, "incluye el acceso carnal por la vía oral y la introducción de dedos en la vagina, prevaliéndose de una situación de superioridad del presunto delincuente y doblegando su voluntad mediante constantes amenazas, relacionadas o no con su actividad laboral y con promesas laborales". El exsecretario general estuvo "solicitando favores sexuales" y provocando una situación "humillante y gravemente intimidatoria" durante tres años.

Entre los directivos de Canal 9 que declararon en 2010 está Lola Johnson, entonces directora de la televisión y hoy portavoz del Consell. "Dolores Johnson relata haber presenciado un ataque de ansiedad" de una de las víctimas, explicó el juez. Preguntada por este proceso, Johnson advirtió que habló "donde tenía que hacerlo, en sede judicial". "Cuanto más se respete el trabajo de los jueces, mejor", zanjó.