Nacida en el año 2800 a. C. (¡dos milenios antes que el latín!), el acadio es la segunda lengua escrita más antigua de la humanidad tras el sumerio. La escribían con una caña los asirios y babilonios en la antigua Mesopotamia sobre tabletas de arcilla húmedas que luego cocían; la usaban los faraones egipcios y los reyes hititas para comunicarse entre sí; y ha pasado a la historia por ser el idioma en que se redactó el Código de Hammurabi, uno de los cuerpos legislativos más antiguos de la humanidad (1692 a. C.). Su escritura cuneiforme (dibujitos, para entendernos) ha cautivado a Julián, Julita y Jaime, los tres alumnos que ayer empezaron el primer curso de acadio en la Academia de Lenguas Bíblicas y Orientales de la facultad de Teología de Valencia.

Julián es catedrático de latín, Julita es catedrática de griego y Jaime también es profesor y tiene amplias nociones de hebrero. Son los tres únicos alumnos de acadio. "¡Pero no te creas que son pocos, que estamos al mismo nivel que Roma!", advierte el profesor, el sacerdote Fernando Ramón. Él estudió tres cursos de acadio en el Pontificio Instituto Bíblico de Roma y sabe de la dificultad de esta lengua muerta que fue la dominante durante mil años en Mesopotamia (el actual Irak). "Sus signos son silábicos: cada signo representa una silaba. Y hay más de 600 signos. Así que, para empezar, en el primer curso veremos unos 150 signos y también trabajaremos con signos traducidos a caracteres latinos", explica.

¿Qué sentido tiene, aparte de la inquietud intelectual, ponerse a estudiar acadio en la actualidad? El profesor no lo duda: "Estudiar esta lengua permite acceder a un mundo y a una cultura, la del Imperio acadio, que contrapesó durante siglos al antiguo Egipto. Además, es una especie de desafío a la cultura dominante. Porque la cultura no es sólo lo que produce o tiene una aplicación práctica y funcional. La cultura es todo lo que afecta al hombre. Y del acadio, que está en el origen de la escritura, podemos aprender muchas cosas que, si no las estudiáramos, acabarían olvidadas y desaparecerían de nuestro mundo cultural", dice.

El egipcio es el idioma estrella con 30 alumnos

El acadio tiene tres alumnos, el hebreo cuenta con ocho estudiantes, el griego y el latín han congregado a unos 20 alumnos cada uno, y el egipcio -la estrella- tiene 30 estudiantes en sus tres cursos. Ocho profesores atienden a los alumnos, que en su gran mayoría son seglares. La academia ya tiene más de 25 años. Juan Miguel Díaz Rodelas, decano de la facultad de Teología, destaca que "todas las lenguas están en relación con el hebreo, cuyo dominio permite conocer mejor la Biblia". p. c.