«Esto es agotador, no para de entrar gente pero como no tenemos stock de medicamentos de más de 20 euros, tienen que venir varias veces para llevárselos», declaraba ayer a Levante-EMV una auxiliar de farmacia de Valencia que estimó el aumento de ventas registrado ayer, como consecuencia de la huelga que hoy y mañana protagonizarán los boticarios, entre un 30 y 40 %.

En esta oficina como en otras, los pedidos que ayer hicieron a las distribuidoras representaban casi el 50 % de la demanda. El anuncio del cierre patronal ha llevado a centenares de usuarios a hacer acopio de medicamentos, «por lo que pueda pasar».

Aunque la Consellería de Sanidad pagó ayer los 120 millones de la factura de enero, dos días después del segundo aplazamiento prometido (el pasado lunes), los farmacéuticos han decidido no dar su brazo a torcer y mantener la convocatoria de huelga acordada en la asamblea del 31 de mayo si la Administración se demoraba en el pago de la facturación, como así ocurrió.

Mientras que el conseller de Sanidad, Luis Rosado, declaraba ayer a Efe que, «desde la Administración no se entiende muy bien cómo se puede realizar un paro cuando se ha producido ya el pago correspondiente del mes, porque puede producir un pequeño perjuicio a los ciudadanos que la Administración va a intentar evitar», el Colegio de Farmacéuticos de Valencia afirmaba que el cierre de las farmacias era «irrevocable».

La entidad colegial explicó que la huelga de las 2.200 farmacias de la Comunitat Valenciana, «no se hace solo para que nos paguen un mes concreto, sino para conseguir un calendario de pago para regularizar la deuda y normalizar el abono de la facturación, porque necesitamos que nos paguen al mes».

«Estamos subvencionando los medicamentos que es un bien esencial y estamos tan agobiados que tenemos que cerrar para que la Administración y los ciudadanos se den cuenta de lo que nos pasa», expresó Guardiola que añadió que lo único que solo pide ayuda y una solución a la Administración, «para tener un mínimo de estabilidad».

Un calendario que es imposible

Sin embargo, el conseller ya manifestó ayer que un plan como el que exigen los farmacéuticos en estos momentos «es pedir un imposible».

La actividad de las farmacias que tienen implantada la receta electrónica no se alteró durante la jornada de ayer, porque los medicamentos se expiden a fecha concreta de consumo. «Tenemos medicinas de más de 20 euros pero ni la mitad de lo que había antes y los de más de 50 y 60 euros los hemos suprimido hace tiempo y se sirven a pedido», declaró el responsable de otro establecimiento.

Otro titular expresó que la mañana de ayer fue de las que llaman «buenas», porque el límite de ventas que normalmente se sitúa en los 1.800/1.900 euros había superado los 2.000. «Es un día de más afluencia aunque ya no tenemos de más de 40 euros y de 40 euros hacia abajo solo hay un envase», agregó.

El conseller aseguró ayer que hoy y mañana el suministro estará garantizado en Valencia con las 173 farmacias de servicios mínimos. Sanidad ha habilitado el teléfono gratuito 900 10 10 81 para atender las consultas y dudas de los ciudadanos.