Aunque sonaban tambores y dolçaines y la calle parecía encendida con el color rojo de centenares de camisetas, pancartas y banderolas, aquello no era una réplica de la tomatina de Buñol sino la marcha de los afectados por los recortes de la ley de la Dependencia que en los últimos días ha recorrido más de 200 kilómetros de sur a norte de la espina dorsal de la Comunitat Valenciana para expresar su descontento con los impagos y copagos que a partir de enero recrudecerán el día a día de las personas más vulnerables del pais. "No estamos paseando -coreaban a golpes de pitidos y palmas-, estamos protestando". "Si esto sigue así, nos vamos a Madrid".

Hasta el Parlamento Europeo están dispuestos a llegar, aunque sea pasito a pasito para que su protesta, la de la indignación por el trato que se les dispensa, llegue a oidos de todos los paises del viejo continente.

Dos reivindicaciones articulaban la columna de protesta que hace una semana arrancó de Villena y que ayer protagonizó su última etapa en Valencia: la dignidad y el respeto a un colectivo marginado y ahora maltratado. Antonio Candela, de 65 años, caminaba junto a su hijo Iván, de 30. "Estamos aquí para que se nos escuche y para pedir que se pague a los monitores que no cobran desde hace meses".

A su lado caminaba Ricardo Ayela, formador de 36 años, uno de los quince promotores de esta Marcha de la Dependencia. "Nosotros sólo hemos sido los pies y la voz de las personas con discapacidad, porque este Gobierno quiere que se queden en casa". Ricardo que trabaja en un centro especial de empleo confesaba a Levante-EMV que se encontraba "muy emocionado" porque las respuestas de las familias y los centros, "ha significado una unión muy grande". "Éramos quince los que planteábamos esta marcha, no sabíamos lo que íbamos a encontrar y ver a toda esta gente es increíble".

Las voces de los miles de participantes que ayer confluyeron en el último tramo de la marcha -cuatro autobuses llegaron de Alicante- pedían justicia para este colectivo de desamparados. "Sabíamos que no os quedaba vergüenza, pero pensábamos que os quedaría corazón", aparecía escrito en una de las pancartas. "La Generalitat nos quiere menos-válidos", recogía otra. Los dependientes y sus familias saben que a partir de enero habrá menos de todo, que aumentará el copago para acudir a los centros, que las actividades desaparecerán, que a muchos se les rebajará el grado para recortarles la paga y que los cuidadores que no se financien la SS podrían perder la ayuda. Pero nada les amilana porque su lucha es la de dos derechos básicamente humanos: respeto y dignidad.

Caixa Popular colabora con Covapa

La Caixa Popular ha firmado un convenio de colaboración con Covapa-Coordinadora de Centres Ocupacionals de la Comunitat Valenciana que agrupa y 45 entidades. Con el acuerdo se pretende mejorar la calidad de vida de los usuarios de los centros ocupacionales al potenciar la superación personal y la independencia de la persona. El convenio permitirá a los centros ocupacionales disponer de herramientas necesarias para financiarse ante los continuados impagos de la Conselleria de Bienestar Social. El convenio firmado que tiene una duración de dos años contempla condiciones especiales de financiación para los centros de Covapa. levante-emv valencia