Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) ha mantenido oculto desde septiembre de 2005 un informe, elaborado por un alto cargo de la empresa ferroviaria, en el que se admite que las unidades de tren articulado (UTA) de la serie 3700 estaban "muy próximas al final de su vida útil". De hecho, los trenes que se vieron implicados en el accidente de metro del 3 de julio de 2006, en el que murieron 43 personas y 47 resultaron heridas, padecían graves problemas técnicos, de obsolescencia de las piezas que costaba reponer e, incluso, sufrían corrosión de los techos de los vagones, según el informe firmado por el director adjunto de explotación, Vicente Contreras, el 15 de septiembre de 2005. La fecha del documento es importante porque se elabora apenas seis días después del accidente de Picanya en el que chocaron tres UTA y 35 personas resultaron heridas (entre ellas un maquinista que perdió una pierna). Y se justifica la necesidad de renovar el parque móvil justo diez meses antes del accidente del 3 de julio, en el que también se vieron implicados las UTA 3736 y 3714.

El documento advertía que "la rama de tracción y el control de la misma es de tecnología ya obsoleta por lo que presenta grandes problemas para su mantenimiento". Además, "debido al clima de esta zona la corrosión en los elementos de caja es muy importante, por lo que se hace necesario el saneo de toda ella y sustituir los techos debido al gran deterioro que padecen". La situación de las UTA debía ser tan grave que FGV licitó en noviembre de 2005 un contrato de 20 unidades de metro de la serie 4300 que, finalmente, ganó la empresa Vossloh el 22 de junio de 2006 (once días antes del siniestro de Jesús) por 116,4 millones de euros.

Oltra: "Se ha ocultado información"

El documento fue desvelado ayer por la diputada de Compromís Mónica Oltra, quien había pedido a FGV tener acceso a los expedientes técnicos de contratación de los 62 trenes que se han adquirido a la empresa Vossloh desde 2005. Según Oltra "el informe demuestra que se ocultó información a la comisión de investigación del accidente de metro del 3 de julio de 2006 y demuestra que los técnicos ya habían advertido de que los trenes no estaban en condiciones, que habían acabado su vida útil y que esto estaba provocando siniestralidad".

Para Oltra, el informe de FGV "demuestra que desde el Partido Popular se ha ocultado maliciosamente información que era relevante en la comisión de investigación". Por eso Compromís ha vuelto a presentar una propuesta para que se reabra la comisión de investigación del accidente del metro y que el PP de las Corts ya ha rechazado en once ocasiones. "Cada día descubrimos más cosas en relación al accidente que se ocultó porque el gobierno del PP no tiene la conciencia tranquila".

De hecho, la ocultación de este informe es el detalle que reviste mayor gravedad a este asunto ya que ni se facilitó a la comisión de investigación del accidente del metro en las Corts ni al perito ferroviario de Adif que analizó las circunstancias del siniestro. "No se facilitó este documento porque no se solicitó", justificaron ayer fuentes de FGV. "Al perito y a las Corts se dio información sobre las revisiones de las UTA y de los trenes accidentados. Si hubieran visto algo anormal habrían solicitado más información. Si Oltra tiene dudas sobre la investigación debe de acudir a los tribunales para la reapertura del procedimiento".