El alivio que para el PPCV ha supuesto la marcha voluntaria de Blasco del grupo popular se evidenció ayer en las declaraciones de algunos dirigentes populares. El vicepresidente del Gobierno, José Císcar, uno de los que más abiertamente ha hablado en contra de Blasco, aseguró que la decisión del exconseller es «un gesto que le honra» y que los populares le «agradecemos» en el que «ha mediado la reflexión». Admitió que era algo que PP quería «que se produjese». «Siempre hemos pensado que él no ha querido perjudicar nunca al grupo popular y por eso ante lo que era inevitable él voluntariamente, ha preferido dar el paso», explicó. Deseó que en los tribunales le salgan las cosas como él quiere y como todos deseamos, es decir, que le salgan bien». Císcar negó que haya fractura en el grupo y destacó que lo que Blasco «va a hacer es aportar en beneficio de todos los ciudadanos, como ha hecho siempre». La Abogacía de la Generalitat pide once años de cárcel por presunto desvío de fondos de Cooperación.

Por su parte, la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, expresó también «reconocimiento» del gesto de renunciar y subrayó que Blasco ha dado «prioridad» al «proyecto» del PP. Pregunta si le hubiera gustado que se hubiera ido antes, indicó: «Lo importante es que se ha producido y ya está», al tiempo que destacó que la «fractura real» no está en el PP sino en el grupo socialista.

Más comedido se mostró el presidente provincial del PP de Castelló, Javier Moliner, quien señaló que, a partir de ahora, el exconseller «abordará su situación judicial desde fuera de la óptica de un cargo de representación del partido».