La rabia estudiantil estalló a primera hora de la mañana de ayer en la Universitat Politècnica de València (UPV) en forma de piquetes de estudiantes, la mayoría de ellos encapuchados, que impidieron a empujones y con barricadas la entrada de alumnos y profesores al campus de Vera. Uno de los pocos miembros de los piquetes que no iba embozado era el coordinador de la Assemblea d'Estudiants de la Universitat de València, Jordi Caparrós, claustral de Bloc d'Estudiants Agermanats (BEA). Estos grupos de encapuchados, según fuentes de la UPV, además de los «forcejeos con el personal de seguridad y con alumnos que se dirigían a clase» levantaron una barricacada en el interior del campus y quemaron tres contenedores».

Pero, sin duda, el incidente más grave fue el asalto a un aula de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Geodésica, donde se realizaba un examen. Según la UPV, «unos 20 encapuchados entraron en el aula con una actitud muy agresiva y con barras de hierro, e insultaron a los alumnos y a la profesora, obligando a suspender la prueba». «Asimismo, realizaron pintadas y reventaron puertas, además de hacer saltar las alarmas de incendios», añaden desde la UPV.

En el vecino campus de Tarongers de la Universitat (UV) también hubo piquetes, aunque apenas actuaron ante la escasa afluencia de alumnos. Desde la UPV culparon de de la llegada de piquetes a la UV por cerrar sus aularios, hecho desmentido esta última institución que sólo cerró los aparcamientos.

La manifestación de la mañana transcurrió sin más incidentes que la quema de un contenedor en el cruce de las calles Xàtiva y San Vicente, así como el vuelco de varios de ellos en la calle Bailén.