La secretaria autonómica de Comunicación, Dolores Johnson, continúa aumentando su poder en el Palau tras purgar la pasada semana a todo el equipo de su predecesora Paula Meseguer. Johnson acumula, además de las funciones derivadas por su nombramiento, las competencias en materia de televisión y radiodifusión, según el nuevo organigrama de Presidencia y de la Conselleria de Presidencia.

Como el poder es como la energía y ni se crea ni se destruye, sino que se transforma, estas áreas se integran en la secretaria de Comunicación pero se le retiran a la Secretaría Autonómica de Presidencia, Cristina Macías, que no hace sino perder otra parcela de poder tras el ascenso de la secretaria autonómica de Coordinación, Ester Pastor, y sus peones, que como Johnson, han ido ocupando espacios antes controlados por personal del vicepresidente del Consell, José Císcar.

Las competencias en radio y televisión es una de las áreas más inflamables de las que se deben gestionar en el Palau, más aún tras el incendio por el cierre de RTVV. De hecho, en menos de dos años han pasado por tres manos. Esta materia era negociado de Dora Ibars hasta hace dos años cuando fue imputada en el caso Gürtel y pasaron de la dirección general de Comunicación a la dirección general de Participación Ciudadana, que depende de la secretaria autonómica de Presidencia, Cristina Macías.

Con este nuevo cambio en el organigrama publicado el 24 de diciembre, las televisiones y las radios regresan otra vez a la Secretaría Autonómica de Comunicación, que en estos momentos ya negocia con Televisión Española la manera de tapar el hueco de servicio público provocado por el cierre de RTVV. Además, Johnson deberá desbloquear el concurso de una treintena de licencias de radio y afrontar la ejecución de la sentencia que anuló la adjudicación de las 40 TDT locales, parada desde hace más de una año.