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Conflicto lingüístico

El Consell se arma un lío: Pide cambiar el término de valenciano y no el de catalán

Císcar y Catalá intentan enfriar el conflicto al apelar al diálogo con la AVL y no marcar plazos para que la definición se ajuste al Estatuto

El Consell evidenció ayer la deriva de sinrazón en la que está embarcado en su pelea con la Académia Valenciana de la Llengua (AVL) durante una rueda de prensa ofrecida al alimón por la consellera de Educación, Maria José Catalá, y el vicepresidente, José Císcar, en la que ambos trataron de enfriar un conflicto que tiene ya vida propia y que se ha agravado con el dictamen del Consell Jurídic Consultiu (CJC) que respalda la tesis del PP de que la definición del valenciano contenida en el Diccionari «no se acomoda» al Estatuto. Catalá mantuvo que el Consell se contentaría con que la AVL redefiniera este término, una exigencia que, a preguntas de los periodistas, no extendió a la entrada catalán, pese a que en ambas definiciones se consagra que ambas definiciones son «compatibles» para denominar la lengua. El planteamiento implica una incoherencia ya que la filosofía detrás de ambas acepciones es la misma y, en teoría, el Diccionari Normatiu mantendrá la relación de igualdad entre los dos nombres si sólo se modificara la de valenciano. En todo, caso queda claro que el Consell decidió no meter se en este jardín, ya que en su consulta al CJC sólo se interesó por el vocablo valenciano.

Y es que Catalá y Císcar mostraron ayer su interés en reconducir el conflicto y en enfriar un incendio que destacados miembros del PP y del propio Ejecutivo han avivado. La titular de Educación compareció junto a Císcar en la rueda de prensa posterior al pleno del Consell con la excusa de presentar un decreto de su departamento. Ambos se habían reunido el día anterior con miembros de la Acadèmia, un cita en la que han constatado que no será fácil que la institución se pliegue a sus demandas. Con todas las universidades clamando contra la Generalitat, el Consell optará, de momento, por un diálogo sin plazos. «Después de doce años de trabajo en la elaboración del diccionario, se requiere de un tiempo prudencial y reflexionado», indicó la titular de Educación.

En el afán por rebajar la tensión, la consellera negó incluso que existiera «una situación de conflicto» con la AVL y dijo confiar en que con«buena voluntad» se logre una solución de consenso. En esta línea, Catalá negó «injerencias» del Ejecutivo en la labor de la Acadèmia y habló de «una voluntad firme y muy clara» de que la definición de valenciano se adapte al ordenamiento jurídico valenciano. Císcar insistió en el tono conciliador al defender que la Comunitat Valenciana en estos momentos «no se puede permitir» de nuevo una polémica y un debate «acalorado» en torno a la lengua, porque eso «nos debilitaría como valencianos», y por ello todos tiene que aportar «serenidad» y «racionalidad».

A preguntas de los periodistas, Catalá y Císcar descartaron «medidas represivas» o legales como la posible interposición de un recurso ante el TSJ. «No está en cuestión ni la autonomía ni la dependencia de la entidad normativa», aseveró la consellera.

División interna

La comparecencia de Catalá y Císcar, sin asomo alguno de blaverismo, evidenció la división interna en el PP y en el Consell en este tema, aunque el vicepresidente negó la mayor: «El Consell es una piña y no hay ninguna maniobra interna», mantuvo Císcar a preguntas de los periodistas. Como ya lo hizo la semana pasada el vicepresidente, Catalá insistió en que el Consell se ha centrado «estrictamente» en el ámbito jurídico de la definición y no ha pretendido meterse en el académico ni científico. «La Generalitat añadió no plantea ninguna definición concreta de ese término, pues «no es quien» para hacerlo, sino que la que se haga se acomode al ordenamiento jurídico valenciano.

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