Lo advierte su contestador automático y nunca ha sido más cierto: «Nuestras instalaciones permanecerán cerradas temporalmente». El emblemático hotel-balneario de Chulilla ha anulado la reapertura de sus instalaciones, prevista para el 9 de marzo, por la baja demanda registrada. De momento no hay fecha para estrenar la nueva temporada en esta instalación que en los buenos tiempos llegó a emplear a 70 trabajadores y que ahora daba ocupación a medio centenar de personas. Su precedente de negocio más antiguo tal vez se remonta al pequeño hotel-balneario con piscina que se construyó en 1886, casi un siglo después de que el botànic Cavanilles elogiara las bondades de sus aguas.
Según confirmaron ayer fuentes de la empresa, el volumen de clientes es inferior al esperado por contratiempos surgidos con las reservas de programas sociales de turismo. De hecho, la situación ha llevado a una reunión prevista para mañana entre la empresa concesionaria Termas de Fuencaliente y el Ayuntamiento de Chulilla, propietario de la infraestructura. «Ante la coyuntura actual, nos veremos obligados a hablar de refinanciación y renegociación con el ayuntamiento», adelantó ayer el director del balneario, Xavier Marí.
Se explorarán diversas opciones, como la de abrir sólo los fines de semana hasta que llegue el verano. El empresario recalca, no obstante, que el propósito de la empresa es continuar al frente del proyecto, por cuya explotación pagan 150.000 euros anuales al consistorio. Su contrato se prorroga hasta el año 2030. «Mi intención es no abandonar, porque eso sería un desastre social para Chulilla y para mí un desastre económico y personal», subraya Marí.
El alcalde de Chulilla, Enrique Silvestre (PP), admite que el balneario atraviesa «una situación complicada por la falta de clientes» y que van a buscarse soluciones para sacar adelante el proyecto. «Yo no contemplo que no se abra el balneario. Si no es más pronto será más tarde, pero se ha de abrir», afirmó el alcalde.
La temporada pasada, el balneario tuvo que cerrar algunos meses de primavera por falta de clientes y adelantó el final de temporada a noviembre. El incendio que dañó la zona, según la empresa, también repercutió en las contrataciones realizadas.
