Alrededor de 100 colegios y entidades secundaron ayer con actividades y encierros el «Dijous de Lluita» contra la supresión de unidades en la escuela pública convocado por el colectivo «Tots som Cremona» y la Plataforma per l'Ensenyament Públic, según informó el presidente de Escola Valenciana, Vicent Moreno. Unas 40 personas se encerraron en la sede de esta entidad en defensa de la enseñanza en valenciano en solidaridad con los colegios a los que la Conselleria de Educación, dentro del arreglo para el curso 2014/2015, ha suprimido aulas de Infantil 3 años en valenciano con el argumento de la caída de la natalidad.

Entre estos colegios públicos se encuentra el Cremona de Alaquàs, cuyos padres llevan más de 50 días durmiendo en la escuela para protestar por el cierre de la única aula de tres años con que cuenta esta escuela en barracones. Una supresión que condena a muerte al colegio pues supone el cierre de la única línea que le queda. El objetivo de la conselleria es que los alumnos se matriculen en un colegio de obra consolidada situado a 150 metros en el que hay plazas vacantes y así evitaconstruir un centro nuevo. El aula de tres años que se suprime en el Cremona es en valenciano, como también las dos que se eliminan en los colegios Bonavista y Martínez Valls de Ontinyent, cuyos padres van a cumplir 20 días de encierro.

Moreno considera estos cierres de unidades de 3 años, la mayoría de ellas en valenciano, un ataque a la enseñanza en lengua propia. Por ello, Escola ha presentado un contencioso administrativo en el que pide la suspensión del arreglo y la paralización del proceso de admisión en 96 municipios que pierden aulas en valenciano. En este sentido denuncia que mientras conselleria cierra unidades en valenciano «con una demanda de más de 20 alumnos , el próximo curso habilitará una clase de 3 años en castellano para 10 niños en el colegio Pare Català de Benimaclet, y este curso permite otra de 7 escolares en el Lloma del Mas de Bétera».