El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, fue ayer en las Corts, como nunca, rey de sus silencios. Para no ser esclavo de unas palabras que pueden tener consecuencias judiciales. Por tres veces la oposición le preguntó directamente si él y su Gobierno se sintieron, como sostiene la querella de la Fiscalía Anticorrupción, «engañados» por la ex consellera Lola Johnson al no informarles supuestamente de que cuando en diciembre de 2011 aprobaron la compra de Valmor asumían una deuda de 31 millones, amén de condonarle los 14 que la gestora privada de la Fórmula 1 debía a Circuit del Motor. Y, por tres veces, Fabra no contestó. Obvió toda alusión, hasta el punto de que ni citó a la exconsellera. Un silencio que resultó elocuente.

El jefe del Consell se mostró en extremo cuidadoso, después de que el lunes, en una entrevista en la Ser, avalara la gestión de Johnson y diera a entender que sí estaba al tanto de la repercusión de la compra. A la pregunta del periodista de si se sintió engañado por Johnson, Fabra afirmó que ésta «hizo el trabajo que correspondía a una consellera de Cultura y Deportes», y que lo hizo «para ahorrar dinero a la Administración», toda vez que si no se celebraba la prueba había que pagar una penalización de 70 millones de dólares. «Entiendo, entonces, que no se sintió engañado», concluyó el periodista. Y Fabra respondió: «Lola Johnson hizo lo que tenía que hacer y es preparar los informes y luego llevarlo» al pleno del Consell. El periodista insistió en que estaba avalando a Johnson. Y el presidente añadió: «La responsabilidad de cada conseller es llevar aquellos temas que considera que están lo suficientemente informados para que luego puedan tener la aprobación y eso es lo que hizo Johnson».

El PSPV se personará

Ayer, el síndic del PSPV, Antonio Torres, tras recordar la tesis del fiscal en su querella, le preguntó sin ambages: «¿Realmente fue así? ¿Le engañó?». «Y si fue así, ¿por qué no la denunciaron?» Con las declaraciones del lunes, Fabra «se autoinculpó» al afirmar estaba «informado». Posteriormente, la diputada Eva Martínez quiso tenderle una trampa al sostener que en su intervención de ayer el titular de la Generalitat había «admitido» que conocía la repercusión de la compra. Le respondió el vicepresidente José Císcar quien, al afearle que había hecho el «ridículo», subrayó así que, de autoinculpación de Fabra, nada.

El jefe del Consell se ciñó al argumentario: La compra de Valmor, dijo, era la «única manera» de evitar un «perjuicio mayor» a los valencianos, ya que la no celebración del Gran Premio hubiera supuesto la citada penalización, además del «desprestigio de no hacer la prueba». Por tanto, se hizo para «defender el interés de la Comunitat». Añadió que al no hacer las pruebas de 2013 y 2014 se «ahorraron 70 millones de euros».

Torres denunció que con la Fórmula 1 Camps «benefició a sus amigos de Valmor» pero «usted remató la faena», «perdonando cientos de millones a los poderosos dueños». Avanzó que el PSPV se personará si se concreta el caso y Martínez hasta auguró que «acabarán condenados». El síndic de EU, Ignacio Blanco, también preguntó al presidente por el «engaño». «Si no lo sabía, tiene que dimitir por 'moniato'. Y si lo sabía, es responsable», aseveró. Pero Fabra hizo mutis por el foro sin contestar a la pregunta.