El jefe del Consell, Alberto Fabra, sostiene que en los asuntos relativos a Madrid, sobre todo cuando afectan a los dominios del ministro Montoro, es más rentable negociar con discreción que plantarse ante los periodistas y ponerse a gritar. Predicó con el ejemplo el pasado sábado. En el mitin frente a Rajoy que lanzaba la precampaña y arropado por 2.000 militantes y cargos del PP valenciano, no dijo ni una palabra sobre la infrafinanciación o los 13.500 millones de deuda histórica del Estado con la Generalitat derivada de aquella. Estaba legitimado, pero calló. Dos días antes le había reconocido la deuda histórica a Extremadura, aunque sea mucho menor, de unos 450 millones.
En lo otro, en la negociación en los despachos, está la Conselleria de Hacienda que dirige Juan Carlos Moragues. Las dos administraciones están trabajando ya en un escenario de devolución de la deuda. El asunto va para largo pero, de momento, los primeros contactos ya suponen un reconocimiento de esa deuda histórica.
El plan, obviamente, no pasa por que el Gobierno inyecte ahora 13.500 millones a las arcas autonómicas. Sería más bien de una condonación de la deuda, como ya deslizan las autonomías infrafinanciadas como Valencia.
El principal acreedor de la Generalitat es el Estado. De los 37.376 millones de deuda pública, 20.306 millones están en manos del Estado. Es más del 54%. A finales de 2015 llegará al 66%.
La novedad estriba en la forma de devolución. Una de las fórmulas que se está poniendo sobre la mesa en los encuentros bilaterales entre el secretario de Estado, Antonio Beteta, y el conseller Moragues, es la de una reducción progresiva. Una especie de condonación de la deuda histórica prorrateada a muy largo plazo, apuntan desde el entorno de Moragues.
Sólo es una propuesta en una fase muy inicial de las negociaciones enmarcada en el futuro debate sobre el modelo de financiación para la C. Valenciana. Montoro ya ha dicho que las conversaciones para el nuevo reparto se iniciarán tras las elecciones de mayo.
Y la Generalitat reclama lo suyo. El incremento de ingresos que tuvo el Estado durante 2014 se nutrió en buena medida parte del incremento de la recaudación en la C. Valenciana. 1.000 de los 5.000 millones extra, el 20%, aproximadamente, apuntan desde la conselleria. Y aunque no existe un Estatut que blinde la deuda histórica, sí existen informes de expertos reconocidos por Madrid que constatan la infrafinanciación.
La fórmula del Estado para compensar a Valencia sería ir asumiendo parte de la deuda histórica. Pero poco a poco, ya que la deuda de las autonomías con el Estado es monstruosa, unos 230.000 millones, y no pueden desaparecer de golpe de su contabilidad.
Por ejemplo, si un año la Generalitat debe devolver al Gobierno 900 millones, la fórmula pasaría por que Hacienda se apuntase como devueltos esos 900 más otra cantidad. Ese margen de diferencia iría a cuenta de la reducción de la deuda histórica. Es decir, que sería una condonación progresiva o prorrateada. Un propuesta, insisten las fuentes, aún en mantillas en aspectos como plazos o intereses.
