La vida del nuevo conseller de Educación, Investigación, Cultura y Deporte dio un vuelco en 2004, cuando falleció su padre, el escritor y maestro Vicent Marzà (el apellido lo transformó en ‘Marçà’), promotor de la enseñanza en valenciano y pionero de los movimientos de renovación pedagógica. Fue entonces cuando Vicent Marzà hijo (Castelló, 1983) decidió colgar los estudios de Ingeniería Industrial para cursar Magisterio, en la especialidad de francés e inglés, que completó con un máster en liderazgo de la transformación socioeducativa. En el último curso ha ejercido de maestro en el colegio Gaetà de Huguet de Castelló.

El flamante conseller proclama con orgullo que es el fill de Vicent y Dolors, els mestres y presume «de haber mamado desde pequeño el cariño por una educación en valenciano, pública y de calidad», que ha defendido como activista de Escola Valenciana y del Sindicat de Treballadors de l’Ensenyament (STEPV).

La otra pasión de Vicent Marzà es la política, como demuestra que se afilió al Bloc a los 16 años. En la universidad ya apuntaba maneras y formó parte del club de debate de la UJI, con el que ganó un campeonato nacional. Paradojas de la vida, en el jurado de la final figuraba Albert Rivera, el hoy líder nacional de Ciudadanos.

Capacidad de diálogo

En el partido valoran su capacidad de diálogo y de búsqueda de consensos. El vicealcalde de Castelló, Enric Nomdedéu, destaca de Marzà su paciencia «infinita». De hecho, fue una pieza clave en el ensamblaje de Compromís en la ciudad, donde el Bloc e Iniciativa mantenían posiciones muy distantes. Actualmente, es el portavoz de la coalición en la capital de la Plana.

El carácter conciliador también lo demostró en las pasadas primarias autonómicas de Compromís, a las que se lanzó con el único apoyo del colectivo de Castelló y con el aparato del partido en contra. Sin embargo, fue capaz de convencer a las agrupaciones de la provincia, que le auparon al primer puesto de la lista electoral. Ahora, con apenas 32 años, accede al gobierno valenciano.

Vicent Marzà también ha militado en movimientos sociales y se implicó a fondo en un proyecto de educación integradora durante los años en que ejerció de docente en un barrio conflictivo de Badalona. Así mismo, participó de forma activa en la lucha de contra la polémica carretera Cabanes-Orpesa y el proyecto urbanístico de Mestrets en Castelló.

El nuevo conseller, muy activo en las redes sociales e internet, asegura en su blog que el tiempo libre lo ocupan «los libros, las amistades y el deporte». Está muy vinculado a su ciudad y forma parte de la colla festera El Pixaví, cofundada por sus padres. También comparte la afición por el ciclismo que su padre plasmó en el libro «Hem fet el Tourmalet». El hijo afronta ahora un puerto de categoría especial, al asumir la cartera de Educación.