Comer puede convertirse a veces en un problema de salud, sobre todo cuando alguno de los alimentos que se sirven, bien en una reunión familiar o en un local público, presenta alguna deficiencia higiénica o de conservación. A pesar de que las mahonesas que se sirven en establecimientos públicos ya no llevan huevo que es uno de los ingredientes más proclives a contaminarse en verano, las bacterias de la familia de la salmonella comienzan a tomar fuerza a medida que la temperatura aumenta y el verano aprieta en calor.

De hecho, este grupo de patógenos que incluye hasta 2.300 serotipos de bacterias, es la causa más común de las enfermedades que se pueden contraer con la ingesta de alimentos. Hasta esta semana, la Conselleria de Sanidad Universal ha registrado 27 brotes de toxiinfecciones alimentarias en el mapa del territorio autonómico, casi un 20 % más que en 2014, cuando se detectaron 23.

Las bacterias de salmonela, que se pueden encontrar en las aves crudas, en los huevos, la carne de vacuno y, algunas veces, en las frutas y verduras sin lavar, estaban presentes en el 81 % de los brotes (21) que se han producido este año.

Los seis brotes restantes estuvieron causados por otro tipo de agentes patógenos como el Campylobacter , una bacteria muy presente en las diarreas por infección alimentaria „más aún que la salmonela„, y cuyos síntomas que son comunes a todas las toxi infecciones alimentarias pueden aparecer entre dos y cinco días después de la intoxicación que suele cursar con dolor abdominal, fiebre, diarrea, dolor de cabeza, náuseas y vómitos que pueden durar de tres a seis días.

Otros «enemigos» de los intestinos y que también se han aislado en los brotes alimentarios son el Norovirus que también puede causar dolores musculares y mucha debilidad y el Clostridium Perfringes que puede estar presente en las carnes que no están bien cocinadas.

Aunque las toxiinfecciones alimentarias no suelen revestir gravedad y en una semana, casi siempre, se han superado, este año treinta personas de las 319 que se intoxicaron al comer algún tipo de alimento en mal estado tuvieron que ser hospitalizadas. Cuatro de cada cinco brotes se produjeron a partir del mes de mayo.

El origen de la infección

Según datos recopìlados por los servicios de Epidemiología de la dirección general de Salud Pública, 20 de los 27 brotes se dieron en el ámbito comunitario y los siete restantes en el ámbito familiar.

La estadística ha dado a conocer que once brotes tuvieron lugar en bares y restaurantes, tres en celebraciones de grupos de amigos, uno en un hotel, dos en centros escolares, uno en una residencia de mayores, uno en una discoteca y el último en una granja escuela.

Refrigeración insuficiente

Los técnicos han indicado que que los factores que contribuyen a la expansión de las infecciones alimentarias son muy variados. Cinco de los brotes se produjeron porque los alimentos tenían una refrigeración insuficiente que fue lo que propició su contaminación a la hora de servirlos a los comensales.

Otros cinco se debieron a que en los menús se sirvieron alimentos crudos donde las bacterias pueden reproducirse con mayor facilidad. En cuatro ocasiones, los afectados se contagiaron porque los alimentos se habían preparado con demasiada antelación para su consumo y eso propició que se contaminaran.

En otras tres ocasiones, la intoxicación que afectó a varias personas tuvo lugar porque los alimentos se habían conservado a temperatura ambiente, lo que facilitó la propagación de las diferentes bacterias que posteriormente se acomodaron en el intestino y provocaron el malestar, la fiebre y los vómitos.

La manipulación

Las entrevistas realizadas por los técnicos de epidemiología confirmaron que en tres de los brotes fueron los propios manipuladores de los alimentos los portadores del agente patógeno que saltó a los alimentos.

Entre las diferentes causas figura también que en otras tres intoxicaciones había grandes cantidades de alimentos. También se pudo confirmar en otros tres brotes que las prácticas de manipulación que se hicieron en la cocina fueron incorrectas.

La preparación de los platos también puede ocasionar contaminaciones, como sucedió en dos de los brotes donde la cocción fue insuficiente o hubo un«escaso recalentamiento» de los productos utilizados.

Dos de los brotes se produjeron por contaminación cruzada que es la trasferencia de bacterias contaminantes de un alimento a otro, cuando los alimentos cocidos o lavados entran en contacto con alimentos crudos (carnes, pescados) o sin lavar (vegetales o frutas).

Otras de las causas que han provocado infecciones alimentarias han sido el uso de restos de alimentos en la elaboración de nuevos platos, la descongelación incorrecta, una limpieza y desinfección inadecuada de los utensilios de cocina e inapropiadas condiciones de higiene del establecimiento.