La sección quinta de la Audiencia de Valencia ha absuelto a los dos policías nacionales acusados de detención ilegal y lesiones cuando detuvieron al dolçainer de Obrint Pas, Miquel Gironés, tras pedirle que se identificara porque creían que estaba arrojando papeles al suelo desde su coche, en Benimaclet.

Los magistrados de la Sección 5ª consideran que “existen versiones contradictorias sobre lo ocurrido aquel 25 de marzo del 2013» después de que el músico valenciano discrepara de la actuación de los agentes, que registraran su vehículo y lo detuvieron, tras dirigirse a ellos en valenciano y, según los policías, «resistirse al registro y a ser detenido”. “Valorando y ponderando las diferentes versiones contradictorias entre los acusados y el denunciante, dando el mismo valor y verosimilitud a ambos, el hecho no queda probado ni demostrado”, señala la sentencia, de la que ha sido ponente el magistrado José Luis Rubido.

Los magistrados consideran que “no se pudo demostrar cuál de las dos versiones enfrentadas entre los acusados y el denunciante es la real y verdadera; en todo caso, los acusados, agentes de Policía Nacional, estaban actuando de servicio, en el ejercicio de sus funciones, y están legitimados para detener”.

La sección quinta que los policías "alegaron recibir un empujón del denunciante por lo que su actuar lo era en evitación e investigación de un supuesto delito o falta (delito leve)" y considera que "nada irregular se advierte ni se prueba del actuar el día de los hechos probados por parte de los acusados. En todo caso la detención del denunciante duró apenas unas horas, fue puesto en libertad el mismo día, por lo que el delito no está probado ni acreditado en autos de las pruebas del juicio oral".

El Tribunal de la Sección Quinta considera que el parte médico y la fotografía aportados por el denunciante son insuficientes para demostrar que los policías acusados le agredieron.

Respecto a la fotografía aportada, la sentencia explica que "si bien contamos con algún indicio de poder ser verdad tal agresión en la cara del sr. G., a través de la declaración testifical de sus amigos, que lo esperaron al salir de la Policía, lo bien cierto es que no se acreditó ni siquiera la existencia de tales lesiones al no estar comprobado ni ser posible demostrar que la fotografía de autos corresponde al día de los hechos o a otro distinto".

Las mismas dudas pesan sobre el informe médico. El facultativo de urgencias que atendió al denunciante un día después "apreció una contusión mandibular y un tapón de cerumen" pero al haber transcurrido casi 24 horas desde la supuesta agresión el Tribunal considera que "existen muchas dudas de la relación de causalidad entre tal lesión y la actuación de los acusados".

Sobre este extremo, la Sala manifiesta su extrañeza de que ni el denunciado ni su abogado pidieran en comisaría, cuando estaba detenido, ser visto por un médico "para asegurar o probar las lesiones padecidas en un momento concreto y determinado".

La sentencia no alude en ningún momento a la polémica declaración durante la vista de uno de los policías sobre el hecho de que el músico les hablara en valenciano: «Muchas veces nos intentan provocar hablando en valenciano. Yo soy valenciano y estoy orgulloso de serlo. Él nos hablaba en valenciano... Más bien catalán. Si es en valenciano, a mi me parece correctísimo porque es una de las dos lenguas cooficiales, pero en catalán, no», declaró el agente durante la vista.