El conseller de Economía, Rafa Climent, destituyó ayer a su número tres, la directora general de Internacionalización, Mónica Cucarella, por haber ocultado sus negocios en una empresa familiar. Climent había pedido a la alto cargo en los últimos días que dimitiera, la última vez ayer, ante el demoledor informe de la Conselleria de Transparencia que concluyó que Cucarella había incurrido en una incompatibilidad „una falta muy grave„ y considerar que había cometido otra falta grave y una tercera leve al eludir en su declaración de actividades que era apoderada de una gasolinera.

Climent, que en un primer momento defendió a su alto cargo, cambió de opinión tras el informe del departamento que dirige Manuel Alcaraz. Fue entonces cuando se tuvo que enfrentar a las presiones de un sector del Bloc y miembros de su equipo, sobre todo su jefe de gabinete, Rafa Carbonell, que se posicionaron con la directora general con el argumento de que el informe de Transparencia era un ataque político de sus socios de coalición de Iniciativa, el partido de la vicepresidenta Mónica Oltra.

«Transparencia es la Gestapo»

Fuentes conocedoras de la situación en la Conselleria de Economía, explicaron a Levante-EMV que el conseller está molesto con su jefe de gabinete y con esta facción del Bloc, la que se aglutina en torno a Pere Mayor y al exsecretario de Finanzas nacionalista Josep Melero, marido de Cucarella y quien ayer, en una red social, acusaba a Transparencia de ser la «Gestapo» y a su partido de estar «arrodillado y callado». Por su parte, el conseller ha notado el cariño del sector mayoritario del Bloc y del gobierno valenciano, que se quita un foco de presión de encima. «La claridad del informe y las revelaciones periodísticas dejaban pocas opciones a la directora general», explicaba un miembro del Consell.

Climent instó en varias ocasiones a Cucarella a que dimitiera para no tener que destituirla pero ésta se negó. Cabe recordar que la número dos de Sanidad, Dolores Salas, se fue por su propio pie tras la polémica contratación de su hija. La directora general, con el apoyo de Carbonell y un sector del partido se hizo fuerte y desafió al conseller, que ha visto el pulso como una elección entre su credibilidad y autoridad o Cucarella. La propia alto cargo reivindicaba en las redes sociales que ella no había dimitido ante los primeros rumores de cese. Fue tras el pleno del Consell cuando se le comunicó la destitución, que fue propuesta al Gobierno valenciano por el conseller de Economía.

Los motivos alegados por el departamento de Climent fueron «el escenario mediático y la imposibilidad de continuar con su excelente gestión ante la delicada situación personal en la que se encuentra en la actualidad y en el futuro». Cabe recordar que un proveedor de su gasolinera, ahora en concurso de acreedores, ha presentado una querella por estafa e insolvencia punible contra ella y varios de sus familiares.

Esta destitución refuerza al conseller, muy cuestionado por los conflictos derivados de la convivencia entre PSPV y Compromís en la conselleria. Donde puede haber algunas fricciones en el futuro es en el seno de la coalición y en el propio Bloc. El partido nacionalista tiene hoy un Consell Nacional donde podría haber algún conato de incendio.