La empresa Marina Salud, concesionaria del hospital público de la Marina, ha propuesto una modificación sustancial de las condiciones de trabajo de sus empleados escudándose en las malas cifras con las que cerró el ejercicio pasado. La firma (participada en un 65 % por DKV Seguros y por Ribera Salud) tiene de plazo hasta el jueves para negociar estos cambios que han tensado las relaciones con trabajadores y sindicatos y han puesto en alerta a la Conselleria de Sanidad que manifestó en su día su intención de revertir a la gestión pública cuanto antes el centro a través de las acciones de DKV, interesada en salirse del negocio.

De entrada, la empresa propone un recorte de sueldos para compensar los tres millones de euros de pérdidas. El tijeretazo se daría eliminando el complemento que ahora cobran los trabajadores que se integraron desde Conselleria de Sanidad y vinculando el cobro de objetivos a la cuenta de resultados. Se abaratarán también las horas de guardia y se dejará a los trabajadores con solo una semana de vacaciones en periodo estival para amortiguar los problemas de falta de personal en verano. Sindicatos como el Cemsatse han alertado que, aunque no haya acuerdo, la ley permite a la empresa aplicar de manera unilateral las condiciones.