ALos incendios forestales forman parte del ecosistema mediterráneo ya que las especies se han adaptado a este fenómeno para sobrevivir. El fuego y la vegetación han ido creando un equilibrio modelando el paisaje, sin embargo, la acción humana ha acabado con esta armonía al provocar fuegos, incrementar su frecuencia y, en muchos casos, como sucede en la cala Granadella de Xàbia, no dando tiempo a que la vegetación se pueda recuperar de forma natural.

Los modelos físicos de simulación del fuego nos han ayudado a lo largo de décadas a entender cómo se propaga un incendio dependiendo de las condiciones climatológicas y de la vegetación, detectando aquellas zonas en las que un siniestro, quizá, se pueda controlar durante los trabajos de extinción. Estos avances se han venido empleando para diseñar las defensas pasivas de cara a un incendio, como las áreas cortafuegos donde se reduce la densidad de vegetación y así poder atacar al fuego.

En estos últimos años desde el Departamento de Matemáticas de la Universitat Jaume I estamos investigando la incorporación de variables antrópicas en la modelización de los incendios forestales, separando los fuegos de origen natural de los intencionados o causados por negligencias. Esto es posible gracias a la labor previa en la investigación de la casuística del incendio que ha puesto al alcance de la comunidad científica una base de datos de incalculable valor para su tratamiento y modelización estadística.

Nuestra propuesta consiste modelizar los siniestros forestales en el territorio valenciano utilizando la estadística espacial y, de esta forma, incorporar variables antrópicas como la cercanía a infraestructuras -tales como carreteras, urbanizaciones, etc- o la inclusión de otras de tipo socioecónomico, con la finalidad de crear mapas de riesgo.

Esta nueva herramienta puede ser muy útil en manos de los gestores de nuestro patrimonio natural ya que permiten determinar el riesgo de incendio no solo en función del de la temperatura, humedad o días sin lluvia, sino incorporando peligros de origen antrópico, ya que lamentablemente muchos de los fuegos son causados por la intervención humana, bien por negligencias bien por acciones deliberadas.

Nuestra propuesta desde la Universitat Jaume I es muy novedosa y requiere un recorrido de investigación, desarrollo y contrastación.

Sin embargo, consideramos que es muy interesante poner el foco en la mano humana como una de las claves de riesgo, ya que las acciones cometidas por personas son las responsables de romper el equilibrio entre el fuego y la vegetación. Imaginemos cómo los planes de prevención de incendios forestales se podrían beneficiar a la hora de incorporar estas variables o cómo la vigilancia forestal puede detectar zonas que requieran de una mayor vigilancia.

Son informaciones disponibles y tenemos las técnicas estadísticas para su aplicación. De esta forma, avanzaríamos en una mejor gestión de los recursos económicos de por si escasos en la gestión de nuestros bosques.