Carlos Bertoméu, presidente de Air Nostrum, interrumpe cortésmente al secretario general de la Cámara de Comercio de Cuba, el licenciado Omar J. Fernández, durante la presentación de la economía del país a la misión de empresarios valencianos que preside Ximo Puig: ´Entonces, ¿de quien es la decisión de que un gran hotel en el Malecón de La Habana que empezaron los chinos, y que se paró por las razones que fueran, lo estén acabando los franceses, con el potencial hotelero que tienen las empresas españolas?´ Adolfo Utor, presidente de Balearia, también presente en el salón, remacha: ´en realidad, lo que le está preguntando es por qué´. Y el secretario, siempre en tono amable, se enreda en una metáfora sobre la mar y los peces: ´Una cosa quiere el pescador y otra el pescado´, dice antes de dejar claro que Cuba ha entrado en una fase de subasta en la que los países y las empresas tendrán que pujar para entrar en su economía cada vez más abierta.

No lo tendrán fácil los empresarios valencianos que quieran mantener la posición alcanzada en la isla caribeña ni quienes intentan en la presente misión comercial e institucional abrirse paso con vistas a la nueva economía que se atisba. A las especiales dificultades que presenta el gobierno de Raúl Castro algunos de los participantes añaden el problema de que en los últimos doce meses, los de mayor eclosión, no haya habido un gobierno fuerte en España. En la construcción, grupos galos como Bouhigues están tomando la delantera con la rehabilitación y edificación de hoteles para el sector turístico, estratégico en este momento para la isla.

Por si fuera poco, los franceses asumirán el 1 de enero la gestión del aeropuerto Jose Martí de La Habana. La visita de Françoise Hollande ha impulsado a las empresas de su país, y lo mismo ha hecho Renzi para Italia, y tantos otros, pero no hay noticias de Rajoy, aunque el embajador de España, Juan Francisco Montalbán, confíe en que ´Cuba mantendrá a España en una posición de privilegio´ al tiempo que subraya que ´el tipo las empresas valencianas se adapta de forma idónea´ a lo que Cuba espera.

Omar Fernández enarbola como una bandera una publicación anual, denominada ´Cartera de oportunidades´, que recoge los más de 350 proyectos que el gobierno de Castro considera estratégicos para este año y para los que busca inversores. El catálogo será presentado en la Feria Internacional de La Habana, prevista para los primeros días de noviembre. Y el ejemplar que cae sobre la mesa, como un mal presagio, está escrito en francés.

Los treinta empresarios que han viajado a La Habana desde Castelló, Valencia y Alicante en la expedición organizada por la Generalitat con el apoyo de las Cámaras de Comercio preguntan al secretario Omar Fernández. Este responde con amabilidad no exenta de firmeza: ´Todo el mundo quiere venir a Cuba, sobre todo antes de que vengan los americanos, pero el 80 % viene sin un proyecto concreto´. Es lo que él llama ´malanga en el puesto de viandas´. Y no le faltan motivos. En 2015, el producto interior bruto (PIB) creció un 4 %; la actividad manufacturera, un 19,9; la construcción, un 11,9; la producción de azúcar, el 16,9; la generación de electricidad, el 4 % y el turismo, con 3.591.000 visitantes, el 17,3 %.

Alzamientos y cuentapropismo

Con los datos disparados a su favor, Cuba se ha abierto a una nueva organización económica, a la ampliación de sus formas no estatales de gestión. Los ´alzamientos´ o proyectos de inversión se multiplican, y el ´cuentapropismo´ la forma cubana del autónomo, crece cada día, aunque las empresas extranjeras solo puedan optar a crear sociedades mixtas con un Estado asfixiado por el bloqueo estadounidense. ´Tenemos que ir a Siberia a comprar productos que podríamos conseguir en el mismo Caribe´, dice Omar Fernández. En realidad es a Siberia o a China, primer inversor extranjero en la isla. ´Por la variedad de productos -dice Omar Fernández-. Es el comodín del comercio exterior en Cuba´. Los empresarios de la misión valenciana le piden más detalles. Y dan con la clave. Las empresas chinas venden sus productos a la isla y su propio gobierno les adelanta el pago, sin costes financieros. La deuda ya es de país a país. Los españoles venden y se tienen que conformar con cobrar a 150, 365 o hasta 720 días. Y no tienen ayuda estatal. Quedan a lo que decida su banco. Venezuela ocupa el segundo lugar, por el volumen de la venta de petróleo, y España es tercera, seguida de Canadá y Brasil.

José Vicente Morata, presidente de la Cámara de Valencia, y Enrique Garrigós, presidente de la de Alicante, se sientan a cada extremo de la gran mesa de empresarios valencianos, que han ido presentándose uno a uno para declarar su actividad y sus expectativas en Cuba. Los que ya trabajan en la isla están satisfechos. ´Es complicado, pero satisfactorio´, dice uno de ellos. Otro, más pesimista, estima que sólo quedan diez años de negocio en Cuba, que éste será copado por los estadounidenses en cuanto desaparezca el régimen castrista.

Morata insufla optimismo y también realismo: ´Misiones como esta son fundamentales, pero lo que no ha cambiado en 50 años no lo va a hacer en cinco días. Vinimos en una misión como esta hace diez años y no se hizo nada. A ver si ahora logramos más cosas´. Las cámaras valencianas van a pedir al gobierno que Cuba sea declarado mercado prioritario, ´pero no por el volumen de negocio sino por la posición que se puede mantener. Hablamos el mismo idioma, tenemos costumbres muy parecidas?´ Sin embargo, Cuba ha entrado en una subasta a escala mundial y sólo quienes más alto pujen tendrán su mercado.