La crisis económica reduce y envejece las plantillas universitarias. Así lo apuntan también los autores del informe hecho público por la CRUE, atribuyendo directamente esta dinámica a la reducción de la financiación pública que han recibido los centros entre 2010 y 2014.

Ello ha mermado de manera «generalizada» la capacidad productiva de las plantillas universitarias», con más de 7.500 empleos «destruidos» estos años: 3.486 de personal docente e investigador (PDI), además de 4.068 de administración y servicios (PAS).

En el caso del PDI, supone que «una cantidad equivalente de jóvenes doctores, con currículos académicos excelentes y gran potencial investigador, ha dejado de acceder a las universidades públicas», según explicó José Antonio Pérez García, uno de los responsables del documento y docente de la Universitat Politécnica de València (UPV).

Al mismo tiempo, añadió, la pérdida de profesorado joven provoca más dificultades de «conexión generacional» con los estudiantes, que es algo que facilita la transmisión de conocimientos

Pero la merma de capacidad productiva de las universidades públicas no solo se ha debido al descenso de efectivos, sino, también, a su «envejecimiento».

La causa, en esencia, es la falta de incorporación de nuevo personal. El Estado ha limitado durante años la reposición de las bajas de empleados de las administraciones y esto ha impedido la renovación. El anterior gobierno socialista redujo la reposición anual al 30 % de las bajas; el del PP la mantuvo en el 10 % entre 2012 y 2014, para subirla al 50 % en 2015, y devolverla luego al 100 %.