Siete días del nuevo gobierno de Mariano Rajoy y dos decepciones. Primero fue la ausencia de ministros valencianos. Cero. Y ayer el Ejecutivo aprobó el segundo escalón de los departamentos con contenido económico y más de lo mismo. Otro cero. No obstante, la cúpula del PPCV se mantiene vacunada contra el desánimo. «Aun faltan muchos ministerios», destacaba ayer el entorno de Isabel Bonig.

No quedan tantos, porque ayer se pusieron nombres a las secretarias de Estado de Economía, Hacienda, Energía, Empleo y Fomento. El resumen de la jugada: seis se mantienen en sus puestos y entran cinco nuevos. Entre todos ellos, ni un representante del PP valenciano, el famoso granero popular de votos junto a Madrid.

Lo que demuestran las designaciones de ayer es que, con Rajoy, los ministros, como es de lógica, optan por personas de su total confianza o por políticos con peso en los pasillos (diputados en el Congreso y altos cargos). Aventuras, pocas. Pasar desde la periferia a la moqueta ministerial deviene así en misión casi imposible a no ser que exista un nexo especial con el ministro de turno.

El principal damnificado de los nombramientos de ayer puede considerarse el delegado del Gobierno y exconseller de Hacienda, Juan Carlos Moragues. Era la opción más fiable para el aparato económico, pero Rajoy ha preferido, al menos de momento, que continúe en Valencia.

Otro que posiblemente se quede sin cargo ministerial tras las designaciones de ayer es el diputado por Castelló Miguel Barrachina. Su buena relación con la exministra de Fomento Ana Pastor y su labor como portavoz en la comisión de este asunto del Congreso lo situaban en buen lugar para alguna plaza en el ministerio que ahora lidera Íñigo de la Serna. No será en el segundo escalón (¿quizá el tercero?), porque ha renovado en la secretaría de Estado de Infraestructuras a Julio Gómez-Pomar. Cuestiones como el corredor mediterráneo o el túnel pasante de Valencia seguirán ajena a manos valencianas.

La esperanza del PPCV continúa estando en quien era su única voz en el segundo escalón en la anterior legislatura: Susana Camarero es la secretaria de Estado de Igualdad desde marzo de 2014 y se confía en su sintonía con la nueva ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, para mantener el sillón. En la recámara permanecen los nombres de algunos exconsellers: María José Català y José Císcar.

Los cinco nuevos secretarios de Estado son la diputada del PP Irene Garrido (Economía), el diputado y exalcalde de Jaén José Enrique Fernández (Hacienda), Alberto Nadal (Presupuestos), Elena Collado (Función Pública) y la diputada Matilde Asián (Turismo).

El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, atribuyó ayer la ausencia de valencianos en las alturas del Ejecutivo de Rajoy a que «el PP de la Comunitat Valenciana es tóxico para el propio PP», en referencia a la herencia de la corrupción.