Estuvo en el equipo que montó RTVV, fue luego subdirector de Ràdio 9 y volvió en 1995 a la televisión como director de programas y presentador. Tras trabajar para Gestmusic y Valerio Lazarov, ahora se dedica a «la arquitectura de los medios», su pasión, dice (definir proyectos, crear equipos), además de dar clases, hacer sus propios audiovisuales y asesorar. Es el primer candidato a la dirección general de RTVV que no esconde sus aspiraciones.
Conoció la vieja RTVV. ¿Por qué quiere volver a la nueva?
Quiero montar una nueva, porque me apasiona el desarrollo de medios de comunicación y creo firmemente en los públicos como garantía de un sistema de comunicación para todas las personas, que sean el contrapeso del proceso de concentración de mensajes y empresas informativas. Un aval de la cohesión social y territorial.
¿Por qué ha decidido hacer público que se presenta al puesto de director general?
Es un cargo público y tenemos que ser transparentes quienes queremos optar. El consejo rector es soberano, pero me parecía lo más claro no estar escondido.
¿Qué fue lo peor de Canal 9?
El de los últimos años lo he vivido como un espectador. Sobre la etapa inicial entonaría el mea culpa de que mimetizamos las estructuras de RTVE con las que estábamos habituados. Al principio parecía estupendo, pero ese modelo fue creciendo luego de una manera gigante.
¿Estaba sobredimensionado, entonces?
Al final a todas luces, sí. Es una evidencia.
¿Cuál sería la plantilla adecuada hoy para una televisión como la valenciana?
No es cuestión de un número cerrado. La ley apuesta por dos canales de televisión y de radio y la plataforma multimedia, que me parece importantísima, y está por ver las iniciativas del consejo rector, porque el director general es más un director ejecutivo con esta ley. Ha de hacer un planteamiento de mínimos y en función de lo que le vayan pidiendo dimensionar la empresa.
¿Los extrabajadores han de ser la base sobre la que se sustente la nueva RTVV?
Aceptaría lo que diga la Justicia. No es ningún problema trabajar con los exempleados, pero también creo que una empresa que nace nueva tiene que garantizar el derecho de acceso a otras personas con aspiraciones. Se tendrá que conciliar. Esta nueva etapa hay que abordarla como una nueva empresa.
¿Se puede hacer una televisión independiente del poder político?
Claro que se puede. Es una actitud profesional: la empresa ha de respetar la competencia de sus profesionales y aceptar la crítica y el comentario, pero también los periodistas tenemos que contribuir: perseguir la verdad, ejercer un control independiente del poder, pero tener muy claro que el rumor no es noticia, que las noticias se contrastan y que hay que mantener la independencia sobre las personas de las que informas.
