? La gran discrepancia entre Vicente Betoret e Isabel Bonig hasta la fecha ha sido el lugar dónde colocar la línea roja contra la corrupción, un tema que enciende pasiones entre los cargos, en especial en la ciudad de València, con el grupo municipal apartado por la investigación del pitufeo en el caso Taula. Bonig ha defendido el criterio que ya marcó Alberto Fabra y que supone dejar los cargos de representación pública en el momento de la imputación. La gestora en la capital valenciana es resultado de la aplicación de esa norma. Betoret se ha manifestado, en cambio, partidario de elevar la línea al momento de la apertura de juicio oral. Es la tesis que mantiene asimismo la dirección estatal. Quedó claro por última vez en la ponencia de estatutos del último congreso.