La Fundación Manuel Broseta ha entregado hoy su Medalla de Oro a Felipe VI con motivo del vigésimo quinto aniversario de la constitución de esta entidad, que se creó en recuerdo del jurista, catedrático y político valenciano asesinado por ETA en València en 1992.

La entrega de la distinción ha tenido lugar en el Palacio de la Zarzuela, donde el rey ha recibido en audiencia a una representación del patronato de la fundación, encabezada por su presidente, Rafael Ferrando.

La institución, con sede en València, ha concedido la medalla al rey en reconocimiento al papel de la Corona en la consolidación de la democracia en España y en la unidad del país.

Sin embargo, este no es el primer galardón que la Fundación Manuel Broseta concede a un miembro de la Familia Real.

En 2007, el rey Juan Carlos recibió en Zarzuela el Premio Convivencia que convoca la fundación por su aportación a asentar la democracia en España y en 2013, recayó en manos de la reina Sofía por su trabajo en favor de los más desfavorecidos.

En el acto de hoy, han estado los tres hijos de Broseta, Bruno, Pablo y Manuel, así como la consellera de Justicia, Gabriela Bravo, el decano del Colegio de Abogados de Valencia, Rafael Bonmatí, y el presidente de Feria Valencia, José Vicente González, entre otros.

El patronato de la fundación está integrado por una veintena de entidades, entre ellas, la Generalitat valenciana, los ayuntamientos de Valencia y Castelló, la Diputación de Valencia y diversas empresas.

El president de la Generalitat, Ximo Puig, y el alcalde de València, Joan Ribó, no han asistido a la audiencia por motivos de agenda, han informado a EFE fuentes de la fundación.

La Fundación Profesor Manuel Broseta nació el 16 de julio de 1992 impulsada por varias instituciones públicas y entidades empresariales de la Comunitat Valenciana tras el asesinato de Broseta a manos de ETA cuando se dirigía a dar clases de Derecho Mercantil en la Facultad de Derecho de la Universitat de València.

Su objetivo es fomentar los valores de democracia, la tolerancia y el diálogo y mantener vivo el espíritu y la memoria de Broseta, principalmente entre los jóvenes.