? No tiene la presidenta del PPCV un camino de rosas hasta 2019. Para empezar Mariano Rajoy es una garantía para la izquierda porque con un presidente adversario y desgastado el Botànic tiene medio camino recorrido. El gallego es un lastre pero además Bonig ha inventado la oposición discontinua. Cuando no le acucian las circunstancias judiciales es la yenka que el Gobierno de Madrid le obliga a bailar la razón por la que cada cierto tiempo «desaparece». Además tendrá la tele pública -que cerró su partido- como viento de proa. Sumemos que el arco parlamentario se unirá para rebajar la barrera electoral al tres por ciento, restando todavía más margen a PP y a Ciudadanos. Y que el tripartit suavizará su gestión con medidas menos impopulares y comenzará a gobernar en clave electoral. Para acabar, deberá desbridar el duelo Contelles-Betoret, en el que peca de parcial. Ha convertido al de Vilamarxant en un outsider. Ojo con ellos.