Si alguien puede recibir un riñón trasplantado, por qué no puede hacerse también con un útero. Y, hasta que se pueda, ¿por qué no tomar prestado el útero de otra persona? Este es el razonamiento que hace Antonio Pellicer (Gandia, 1955) para defender que España abra el debate sobre la autorización de la maternidad subrogada pese a que la Comisión de Bioética española ha rechazado de plano esta opción. Para Pellicer, España está «madura» para asumir este avance.
P ¿Es necesario abrir el debate sobre la legalización de la maternidad subrogada en España? ¿Sus socios americanos RMNAJ realizan la técnica?
R Lo hacen nuestros socios. Quiero dejar claro meridianamente que no nos hemos unido a los americanos para hacer cosas que aquí no se pueden hacer, no tiene nada que ver. Siempre que me han preguntado sobre maternidad subrogada he dicho que esto debía ser aprobado porque existe la indicación médica. En las mesas de discusión nunca se sientan los interesados. Hemos escuchado a Matt Bränström que transplantó el útero a nueve mujeres, de las que ocho habían nacido sin él. No nos han autorizado a hacerlo y, si estás en esta situación o tienes que usar una madre subrogada o te puedes quedar toda la vida sin hijos. ¡Qué cosa más injusta que pueda trasplantar riñones y seguir viviendo y una mujer que pueda beneficiarse de tomar prestado un útero no lo pueda hacer! Se tiene que regular.
P ¿Y qué soluciones quedan? ¿El peregrinaje médico a Estados Unidos?
R Eso ya ha llegado, es una realidad. Aquí nosotros ni lo podemos hacer ni siquiera podemos informar pero hoy en día con Internet eso no hace falta. No he tenido ni una paciente que venga a preguntarme cómo se puede hacer. Lo saben y se buscan la vida como sea. El mundo está globalizado para todo y para esto también. Después traen los problemas en forma de niño y hay que protegerlos.
P ¿Estamos maduros para ese debate?
R Sí. España ha madurado en 40 años más que ningún país en Europa. Tenemos las leyes más aperturistas que ha habido en toda Europa, más que Reino Unido. Hemos discutido temas más problemáticos como el de la homosexualidad.
P A lo mejor para ver el avance hace falta compararse con el exterior. En Francia no permiten la conservación de óvulos para uso propio. ¿Es una cuestión social?
R En España tenemos una legislación muy permisiva, muy abierta y que ha sido muy ventajosa. Siempre hemos tenido la posibilidad de hacer las cosas más sensatas y que han ido bien como biopsiar un embrión para ver si era sano o no, o cultivar embriones 5 días para que hubiera una selección natural... y en Francia o Alemania no, y esto nos da ventaja. El problema es que cada tema hay que analizarlo desde muchas aristas y no solo desde la legislación. En Francia es un país donde los derechos sociales van por delante de cualquier cosa, hay una cobertura brutal de la reproducción asistida (el sistema público cubre hasta 4 ciclos). En Francia cualquier implementación que se haga en medicina tiene que pasar por el filtro del sistema público, eso es lo que lo limita porque hay que ofrecerlo a todo el mundo. No dicen aquello de ´quien quiera que se lo pague´ como en España.
P ¿Hay también peregrinaje de Francia a España para esta técnica?¿Hay problemas legales para atenderlas?
R No, no hay ninguna cortapisa legal. Las atendemos igual que inseminamos a mujeres solas porque en Francia o en Alemania si nos estás casado o en pareja no pueden acceder a técnicas de reproducción asistida.
P Pero ahí sí que estamos mucho más avanzados...
R Sí, yo alucino pero es así. Y eso es en todos los países de alrededor. ¡Cómo no vamos a estar preparados para seguir avanzando! Hemos dado un salto brutal, en muchos aspectos, la gente no se da cuenta hasta que no se hace mayor o sale fuera y ve España desde otra atalaya. Todas se vienen a España: mujeres que no tienen pareja porque no quieren o parejas homosexuales. Tenemos muchísimas y somos un colector de este tipo de pacientes.
