El exyonki del dinero y exgerente de Imelsa, Marcos Benavent, se ha enfrentado judicialmente a su antiguo testaferro y hombre de confianza, José Estarlich, y ha declarado hoy en el juzgado que "sabía lo que hacía y que se cobraban mordidas". Benavent ha declarado hoy en el Juzgado de Instrucción 18 de Valencia, a petición propia, para replicar las manifestaciones realizadas en sede judicial por su antiguo testaferro.

Estarlich ha declado ante la Guardia Civil, el juez y el Fiscal Anticorrupción que hizo de «recadero» de la trama de mordidas y amaños en la Diputación de Valencia «por miedo». Estarlich era marido de la secretaria de Benavent al frente de Imelsa, e hija del ex alcalde de Anna, Miguel Ramírez. Según los investigadores, Estarlich habría participado en el entramado empresarial para el saqueo de fondos públicos que se investiga en el «Caso Taula».

La firma clave sería Berceo Mantenimientos, montada por el exgerente de Imelsa en el año 2008, para justificar el expolio de fondos públicos a través de contratos directos o de facturas por servicios no prestados y pagados a Ommega Mmoe, Excavaciones Jemar, Carlady o Thematica Events. Unos cuatro millones podrían haber sido saqueados por esta vía.

Sin embargo, el antiguo testaferro de Benavent ha intentado desvincularse de la trama criminal y autodenominarse "hombre de paja". Un extremo que hoy ha negado el exyonki del dinero en el juzgado. "El sabía lo que hacía y que se cobraban mordidas. Él buscó las empresas y que la facturación era falsa", ha explicado Benavent a los periodistas a la salida del juzgado. También ha negado que lo amenazara con "enviarle un psicólogo rumano", como defiende Estarlich. "Todo lo contrario: los ayudé a él y a su mujer para que no fueran despedidos".