Dos destacados protagonistas de la política valenciana y arrepentidos confesos de su participación en prácticas corruptas, Ricardo Costa y Marcos Benavent, comparecieron ayer en la comisión de investigación sobre la presunta financiación ilegal del PP que se celebra en el Congreso de los Diputados.

Dos arrepentidos con diferentes actitudes. Costa mostró públicamente su contrición en su intervención y volvió a «ratificar mi arrepentimieno y perdón por alguna actuación que no fui capaz de detener ni de denunciar en mi ámbito de actuación y mi estricto conocimiento».

El exgerente de Imelsa, Marcos Benavent, sin embargo, se negó a responder a las preguntas de los grupos parlamentarios. Sí lo hizo, antes de acceder al Congreso de los Diputados, a un periodista de «El Intermedio».

La intervención de Costa fue prácticamente un calco de su declaración ante la Audiencia Nacional que lo juzga por financiación ilegal de las elecciones de 2007 y 2008 junto a destacados miembros del PP como Vicente Rambla, David Serra y los miembros de la trama Gürtel, Francisco Correa, Pablo Crespo y Álvaro Pérez «El Bigotes».

El exsecretario general del PPCV admitió que supo de la financiación irregular del PP alrededor de 2005, aunque «ya debía de venir de antes». Cuando accedió a la secretaría general del PP, en 2007, comunicó las prácticas irregulares a «la dirección nacional del partido» [en concreto al extesorero y exgerente del PP, Luis Bárcenas] «que me dijo que era una práctica prohibida y así lo comuniqué al partido. Es obvio que no se me hizo caso. Podía haberlo denunciado ante la justicia, pero no lo hice», admitió en respuesta al diputado por Compromís de València, Joan Baldoví.

Costa volvió a descargar en Francisco Camps la decisión de financiar el partido con dinero negro, aunque no pronunció su nombre. Únicamente aseguró: «Cuando un superior te pide cosas que no son correctas, puedes aceptarlo o denunciarlo. Yo no lo denuncié y estoy en esta situación porque no lo denuncié».

Sobre su cambio de versión, al admitir la presunta financiación irregular tras años negándola, Costa respondió al diputado socialista Artemi Rallo que él nunca ha dado «otra versión» sino que, tras guardar silencio desde 2012 y realizar una profunda reflexión «marcada claramente por las consecuencias que podía tener el reconocimiento de determinadas actuaciones, la asunción de responsabilidades y las consecuencias que esto va a tener en mi vida familiar, mi mujer, hija, padres y hermanos», decidió «asumir mis responsabilidades».

Y consideró que su declaración en el juicio era el momento adecuado para hacerlo. Costa admitió que el partido asumió parte del coste de su defensa hasta el pasado mes de enero, aunque desligó esta decisión de su arrepentimiento. «Yo no comunico a nadie mi declaración, es imprevista».

También admitió que fue el encargado de entregar 500.000 euros en dinero negro en Orange Market, procedente de las donaciones de varios empresarios, aunque se escudó en que él nunca formó parte de la Generalitat al ser preguntado si esas donaciones tenían contraprestación en concursos públicos para las mercantiles.