Ropa limpia, zapatos, compresas, productos de higiene personal tales como cepillo de dientes, gel, champú o esponjas... Productos básicos a los que 630 personas no habían podido acceder (hasta ayer) desde que fueron rescatados la noche del sábado en el Mediterráneo por el barco Aquarius.

Productos que encontrarán a su desembarco en el muelle de cruceros de Baleària del puerto de València dentro de un par de días, según lo previsto y si la situación marítima no empeora.

Es el «kit básico de emergencia» que Cruz Roja ya prepara para entregar a las más de 600 personas que, en busca de refugio encontraron el rechazo de Italia y que, como consecuencia, llevan ya cinco días sin tocar tierra, padeciendo los mareos propios del oleaje y nutriéndose con alimentos justos y «en mal estado», según relató ayer el personal de Médicos sin Fronteras (MSF) que viaja a bordo del barco de la ONG francesa SOS Mediterranée.

Atención personalizada

Para compensar esta carencia, los alimentos con los que Cruz Roja gestionará la dieta de las personas migrantes se basará en menús altamente energéticos.

«Hay que tener en cuenta que, para cuando lleguen, habrán pasado una semana en alta mar, con largas exposiciones al sol y, por tanto, previsiblemente con hipoglucemia», indicó ayer a este diario Andrés Chessa, director provincial de socorro y emergencias de Alicante y jefe de operaciones de Cruz Roja española.

Barritas energéticas, agua, zumos o refrescos conformarán la dieta en el primer día tras el desembarco. «Los bocadillos no son lo habitual en los rescates, pero posiblemente hagamos una excepción el sábado», explicó. Asimismo, indicó que la dieta se basará en comida halal una alimentación en la que no se incluirá el cerdo dado que prácticamente todas las personas rescatadas son musulmanas.

Y es que, alertó Chessa, «es imprescindible conocer las necesidades del usuario al que intentamos ayudar».

Por ello, de ese «kit básico de emergencia» de Cruz Roja hay hasta once versiones, y se distribuyen según el sexo, la edad, la religión o la procedencia de la persona refugiada.

«No tiene nada que ver las medidas de un hombre llegado de Eritrea con las de uno de Argelia, por ejemplo. El primero necesitará un calzado del número 46 y el segundo, probablemente uno del 42», aclaró Chessa. Y así ocurrirá también en el caso de las mujeres. Obviamente, la ropa interior que contienen los lotes difieren en función del sexo y el kit de higiene personal femenino incluye compresas.

Estas bolsas, gestionadas por Cruz Roja, también incluyen una muda para que los 630 migrantes puedan cambiarse nad amás llegar. Ayer mismo, MSF procuró a los 106 migrantes que llevan en el Aquarius -el «Orione» de la Guardia Costiera transporta a 150 y el «Dattilo de la marina italiana, a 274- ropa limpia y seca tras procurarles la primera ducha en tres días y medio.

Un equipo integral

La operación de asistencia, que es una «forma de dotar de dignidad a quienes llevan una semana sufriendo la incertidumbre, la inseguridad y el desasosiego», incluirá el trabajo de los psicólogos de Cruz Roja para detectar posibles casos de violencia intrafamiliar amenazas o redes de trata, así como por el de traductores de árabe, inglés y francés (uno por cada diez personas) o voluntarios de los países de origen de estas 630 personas con 26 nacionalidades distintas (en su mayoría Nigeria, Sudán, Eritrea y Argelia) para ayudarles a sentirse más cómodos.

Cruz Roja contará también con la ayuda de los equipos de sensibilización e información en emergencias (ESIE), un grupo de voluntarios que desarrollarán actividades para entretener a los 123 menores que viajan en el Aquarius. «No es habitual contar con este equipo, pero es la primera vez que viajan tantos menores a bordo», indicó Chessa.

Grupos especializados que acompañarán (en turnos de 12 horas) a las personas refugiadas desde el desembarco hasta su llegada a la antigua base Alinghi a la que llegarán en autobuses una vez desciendan de los barcos, en el muelle de cruceros de Balearia.