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Formación profesional

La mejor receta contra los estereotipos

«Quiero seguir estudiando porque me gusta; mis amigos o mis primos me llaman y les digo que no puedo salir porque tengo exámenes o trabajos», explica el joven gitano

La mejor receta contra los estereotipos

Quizás la única cosa buena que tengan los estereotipos y prejuicios es que hay gente dispuesta a romperlos y a saltar todos los muros que les pongan por delante, cueste lo que cueste. Este es el caso de Paco Salvador Heredia, un joven gitano de València que con tan solo 17 años ha ido más allá de lo que la sociedad espera de la población gitana.

Este estudiante de Grado Medio del CIPFP Ciutat de l'Aprenent de València acaba de volver de un Erasmus+ y es, según le consta a la Fundación Secretariado Gitano, el primer joven gitano de la ciudad que ha participado en este programa de movilidad europea. Accedió a los estudios de Cocina y Gastronomía que ahora cursa a través de la Formación Profesional Básica (FPB) que realizó en el IES El Ravatxol, lo que le convirtió en el primer graduado de su familia.

«¿Quién me iba a decir a mí que iría a Malta?», comenta a su vuelta, encantado con la experiencia. «No lo voy a olvidar nunca, al principio me costó un poco pero cuando me acostumbré, se me hizo corto y me dio hasta pena volver», relata. Además, reconoce que temía subir en avión, pero que el viaje le ha abierto la mente: «he trabajado con gente de Serbia, Polonia, Grecia, Italia, Francia... y me ha sorprendido mi nivel de Inglés».

Durante el mes de junio, Paco hizo prácticas en uno de los restaurantes históricos de La Valeta, donde se encargaba de la preelaboración de los platos y de su puesta a punto antes del «pase» a los camareros. Asegura que cada día atendían «a miles de clientes» y que descubrió género que «no había visto nunca».

Jacobo Olaya, su profesor, explica que el joven «ha tenido mucha suerte, porque encajó muy bien en el restaurante y ha sido el que más ha trabajado de todos». «Tiene notas brillantes y le premiamos con el Erasmus porque lo aprobó todo», apunta. Asimismo, asegura que la experiencia le ha servido para «perder la vergüenza». Para Toni Lapaz, vicedirector del Ciutat de l'Aprenent, «abrir la mente» es el trabajo de los docentes, y recuerda que muchos de los chefs «famosos provienen de la FP, aunque no se sepan».

Olaya ha sido un apoyo fundamental para Paco, porque fue su tutor en 2º de FPB, estudios en los que descubrió la cocina, y también le da clases en la actualidad. «Le pusimos mucha energía y ganas de trabajar y le orienté hacia el Grado Medio; no le hago ningún favor, solo mi trabajo», explica. Por su parte, Paco asegura que empezó a gustarle la cocina porque se sentía a gusto en esa materia, «a diferencia de las otras». De hecho, entre risas asegura que a su familia le preguntan cómo le ha salido un hijo cocinero «porque yo en casa no cocinaba nada, no sabía ni encender un fogón... y nadie se lo cree».

Un referente positivo

Desde los 11 años, Paco recibe el apoyo de la Fundación Secretariado Gitano, una entidad intercultural que trabaja por la igualdad de oportunidades de la población gitana, y que cuenta con diferentes programas educativos y de integración laboral. Dos veces por semana, acude a la sede de la fundación, donde tiene un espacio para repasar y un profesor de apoyo. «En casa no tengo los medios para poder estudiar. No tengo escritorio, ni ordenador, ni calma... el día que menos gente hay, somos ocho personas, y la casa no es grande», apunta. «El Secretariado Gitano me abrió un abanico, están conmigo desde los 11 años y si no voy, me llaman o llaman a mi padre», especifica.

Carmen Segovia y Gisela Duval, orientadoras educativas de la fundación, explican que confiaron en Paco hace años «porque tiene un gran potencial, unas ganas inmensas y cuenta con todo el apoyo de su familia para cumplir su sueño». Según los datos de la fundación, seis de cada 10 alumnos gitanos no finalizan sus estudios; la mayor tasa de abandono se da en 2º de ESO y el principal problema es la transición entre etapas.

A Paco aún le queda 2º de Grado Medio, que realizará en 2018-19, y no descarta animarse después con el Superior. «Quiero seguir estudiando porque me gusta, me veo con ganas. Si no voy a clase se me hace raro», expone. Esta actitud y su decisión («mis amigos y mis primos me llaman para salir pero les digo que tengo que estudiar o hacer trabajos», dice) hacen que sea «un referente positivo entre los jóvenes gitanos», asegura Segovia, quien lamenta que «la falta de ellos», sea uno de los motivos de abandono escolar.

La orientadora y el alumno lamentan que «una y otra vez tenemos que hacer ver que valemos, que queremos y que podemos. Si eres gitano y estudias, eres 'el diferente' o 'apayado' y tienes que demostrar que no has perdido tus raíces. A los payos, tienes que enseñarles que tus capacidades son como las de cualquier otro», asevera Segovia. «Yo estoy muy orgulloso de mi familia, pero el día de mañana me gustaría vivir con un sueldo fijo y un trabajo estable, y no de una parada de mercado»; ese es el objetivo de Paco, que rechaza «ir al parque a beber cerveza y a cantar».

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