El brote de sarampión en países europeos hizo saltar las alarmas entre las familias españolas con bebés menores de un año, ya que hasta los 12 meses de vida no se suministra la vacuna y es el único método de protección.

La Asociación Española de Pediatría (AEP) recomendó el pasado 23 de julio adelantar la dosis y suministrarla a los 6 meses de vida a aquellos niños que viajaran a países afectados. Ayer, el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud advirtió de que no era necesario efectuar ninguna variación en el calendario de vacunación.

El pediatra y presidente de la Sociedad Valenciana de Pediatría, Luis Carlos Blesa, ha lanzado un mensaje tranquilizador: «Los bebes menores de un año están protegidos frente a enfermedades infecciosas por anticuerpos transplacentarios -adquiridos a través de la placenta de la madre-».

Si bien, «si el bebé va a permanecer durante varios meses en un país afectado, va a acudir a una guardería y estar en contacto con gente local, recomendaría suministrarle una dosis previa a la vacuna cuatro semanas antes del viaje y al cumplir el año volverle a proteger, continuando así con el calendario de vacunación».

Importancia de la vacunación

Blesa, ha destacado como principal causante del brote de sarampión en Francia, Grecia, Italia, Reino Unido y Rumanía la «nueva moda de no vacunar a los niños». «La caída en las tasas de vacunación provoca que una enfermedad casi erradicada en la que los contagiados ya se contaban por unidades, pasan a contabilizarse de nuevo por millares. Por suerte, en València esto no pasa, hay mucha concienciación sobre el calendario de vacunación».

Blesa afirma que las coberturas vacunales en España son «excelentes »y los niños y adolescentes están «totalmente protegidos frente a enfermedades contagiosas ».

«En València, igual que en el resto de comunidades autónomas de España, la cobertura del sarampión supera el 95%», apunta Blesa.

La persona contagiada de sarampión presenta manchas rojas por todo su cuerpo, un cuadro febril y sistematología catarral. Además, «puede derivar en complicaciones a nivel respiratorio, neumonías e incluso la muerte», lamenta Blesa.

Dado que el único método para prevenir la enfermedad es «la vacunación», cobra especial relevancia el cumplimiento del calendario estipulado para los niños. «Las vacunas esconden enfermedades que ya no vemos pero si dejáramos de vacunarnos, estas volverían a aparecer con más fuerza», revela Blesa.

Por tanto, «la vacunación es un acto individual pero que entraña un compromiso y una responsabilidad colectiva, ya que protege a uno mismo y al resto de la sociedad», remarca el pediatra.