Los 250 trabajadores de Cabify en València ya han puesto más de 10 denuncias en la Policía Local por amenazas y acosos de los taxistas mientras trabajaban. «Intentamos no ir a los sitios más calientes como la calle Colón o el aeropuerto pero pasamos mucho miedo cuando trabajamos por la ciudad», afirma a Levante-EMV un conductor de Cabify que ha preferido mantener en el anonimato su identidad. «A los clientes que contratan nuestros servicios les informamos de la situación que estamos viviendo. Principalmente, les hacemos ver que un sector que ha trabajado en el transporte de personas como es el taxi no está de acuerdo en compartir el trabajo», asegura el conductor de VTC y prosigue: «No podemos obligar a la sociedad a que contrate el taxi o un coche de Uber o Cabify, es la gente quien debe elegir».

Los conductores Uber o Cabify, que cobran un sueldo cerrado de 800 euros si hacen 25 horas o 1.200 si hacen 40, se sienten «desamparados frente a la persecución de los taxistas con tres personas en cada vehículo a pesar de que la Policía Local ha reforzado su servicio en las zonas conflictivas», aclara el trabajador.

«Fui a poner mi denuncia porque tengo una foto con la licencia del taxi que me acorraló en la Malva-rosa. Otros compañeros también han denunciado porque queremos medios que nos protejan. Tenemos miedo», vuelve a insistir el propietario del vehículo de turismo con conductor.

«Un compañero se ha dado de baja de la empresa VTC porque no aguanta más el miedo, no puede soportar más la presión. La empresa le ha dicho que se lo piense pero, de momento, no ha vuelto. A otro compañero le tiraron piedras en pleno servicio de transporte», explica el chófer. «Este acoso se ha intensifica durante la huelga pero, antes, también lo sufríamos. No podíamos dejar el coche solo porque nos pinchaban las ruedas o, cuando pasábamos por las paradas de taxi, se cruzaban o nos insultaban» concluye el conductor.