El padre Fernando Giacomucci, fundador del Hogar Social Juvenil de Aldaia (Hosoju), recibirá hoy sepultura a las 11 horas, en la capilla de la Ciudad de la Esperanza (antiguo Hosoju), presidida por el obispo auxiliar de València monseñor Arturo Ros, acompañado por el delegado episcopal para la Pastoral de Enfermos y Mayores, Luis Sánchez, y Vicente Aparicio, director de la Ciudad de la Esperanza.

Fernando Giacomuzzi falleció en la madrugada del jueves a los 85 años de edad en su residencia de Alaquàs, próxima al colegio y convento de la Madre Josefa Campos, que regentan las Operarias Catequistas, donde aún oficiaba las misas matinales. El sacerdote ha muerto tras una larga enfermedad que le hizo pasar sus últimos años en silla de ruedas. Nacido en la localidad italiana de Scerni, Fernando Giacomucci llegó a España en 1951 para completar el noviciado en la congregación Hijos de la Sagrada Familia. Su primer destino fue la localidad barcelonesa de Begas, donde tiene su sede la congregación.

En 1955 se trasladó a València, donde recibió la ordenación sacerdotal en 1957. Fue director de la Casa de la Misericordia de 1964 a 1969, año en que fundó HOSOJU (Hogar Social Juvenil), un centro «de acogida para hombres sin recursos». Inicialmente tuvo como sede un piso de la calle Convento Jerusalén de València y posteriormente, gracias a los donativos de múltiples empresas y particulares valencianos, el centro fue trasladado a un edificio del barrio de la Luz y en 1995 se quedó en Aldaia.

Si Hosoju le dio muchas alegrías también vivió malos momentos cuando la Fiscalía abrió una investigación ante un posible fraude en la subvenciones al destaparse un agujero económico de cuatro millones en una auditoría externa .

Esta situacón acompañada por los problemas de salud del padre Fernando, hizo que hace cuatro años delegase la presidencia de Hosoju en Vicente Aparicio, fundador y director de la Asociación de Padres de Discapacitados Psíquicos (Aspadis), comenzando un nuevo proyecto bajo el nombre «Ciudad de la Esperanza». En la actualidad, Ciudad de la Esperanza (antiguo HOSOJU), es dirigida desde hace cuatro por el sacerdote Vicente Aparicio, cuenta en sus instalaciones de Aldaia con un total de 180 plazas, en las que acoge a personas sin hogar y con escasos recursos de 36 países de todo el mundo. La entidad reparte cerca de 20.000 servicios de comida al mes.

«Se lo debo todo»

Giocomucci seguía teniendo a muchos seguidores, sobre todo personas que recibieron la ayuda de este sacerdote en momentos muy duros de su vida y que le estaban preparando una comida homenaje el próximo 14 de agosto.

«Lamentablemente no ha podido recibir el reconocimiento que le teníamos preparado porque él necesitaba saber que no estaba solo, que ha sido muy importante para muchos como yo», relata emocionado José Tebar, de 65 años, que recuerda como el padre Fernando Giocomuzzi lo acogió con tan solo 7 años cuando murió sumadre y se quedó huérfano. «Él me ayudó desde el principio, me buscó trabajo, le debo todo lo que soy».