El Consell Polític Nacional de Esquerra Unida del País Valencià (EUPV), que se reunió ayer en Alicante, validó el proceso de integración de la mayoría de la organización en la comisión ejecutiva, con lo que ratifica la elección de la nueva dirección elegida el pasado mes de febrero para «relanzar Esquerra Unida». Esta integración llega con la inclusión de los miembros de la lista perdedora de Rosa Albert, quien compitió con la actual coordinadora de EUPV, Rosa Pérez, por el liderazgo del partido en las primarias. Ya en el pasado mes de septiembre, Pérez anunció su intención de contar con Albert y sus partidarios en la nueva Ejecutiva.

Los integrantes del máximo órgano de dirección acordaron la incorporación de los nuevos miembros para reflejar la mayoría de la formación de izquierdas y, así, «ejecutar el mandato de la afiliación para las negociaciones de una candidatura autonómica fruto del conjunto de todas las fuerzas políticas y sociales». El objetivo «profundizar en la transformación que necesita el País Valencià», destacó EUPV.

Pérez defendió al respecto que «llegar en un buen estado al escenario preelectoral, más todavía en un proceso de confluencia autonómica y municipal, es condición indispensable para asegurar un buen resultado». «Porque el éxito de EUPV es el éxito de todos, sin las líneas internas que a menudo nos han separado», enfatizó.

Bajo este prisma, garantizó que las partes que integran la actual Ejecutiva, la mayoría de la organización, trabajarán «codo en codo con el fin de fortalecer y relanzar EUPV, reforzar el gran trabajo que hacen los cargos públicos desde los ayuntamientos, y conseguir una mayor coordinación entre los representantes en las instituciones».

En lo que respecta al tercer candidato que se presentó a las primarias pero que acabo retirándose, Óscar Navarro, fuentes del partido aseguraron que se les tendió la mano para participar en la ejecutiva, pero que «no han mostrado interés por integrarse», explicaron a este periódico.

Al hilo de la integración, el Consell Polític dio luz verde a un Código Ético de Conducta para dotarse de una serie de normas de comportamiento que tendrán que observar las personas que componen la Ejecutiva. Este código está formado por 16 principios generales y establece mecanismos y procedimientos dirigidos a garantizar el buen funcionamiento y la efectividad del trabajo de la dirección.