No quieren protagonismo alguno. Pero tienen que ver (y mucho) con la recuperación de Brayan. Se llaman Juan Carlos y Jorge. No quieren reseñar sus apellidos, ni fotografías (aceptan, a regañadientes, publicar una «discreta»), ni publicidad de sus empresas, ni hablar de dinero. Pero ha sido eso precisamente, el dinero, su dinero, lo que ha permitido a la familia de Brayan costear unas terapias inalcanzables para ellos. No hablaremos de una cuantía global. Pero si en Aprender a Crecer cada hora de terapia (en logopedia o rehabilitación) cuesta 30 euros (un precio bajo de mercado) solo hay que sacar la calculadora para saciar la curiosidad.

Sin embargo, para estos mecenas del siglo XXI el dinero es «lo de menos». Porque «lo de más es Brayan». Mientras se realiza esta entrevista Brayan, Juan Carlos y Jorge juegan juntos al fútbol. No han perdido contacto con el pequeño durante todo el año. «Cuando conocí a Brayan tras leer el reportaje en Levante-EMV, le dije a su madre que no se preocupara, que me encargaría de la recuperación de Brayan el tiempo que precisara. Cuando ves que hay gente que lo pasa mal y tú les puedes ayudar... pues lo haces. Este momento con Brayan no tiene precio. Veo su evolución... y me reconcilio con el mundo», explica Juan Carlos. Los dos amigos se conocen desde hace más de 30 años y sonríen al ver a Brayan.

Ni una llamada

Los dos benefactores le dijeron a los padres de Brayan que les llamaran si necesitaban dinero. No les han llamado ni una sola vez. «Siempre tomamos la iniciativa nosotros porque sabemos que les da apuro. Son buena gente», afirman. Para la familia de Brayan han pasado a ser «dos personas más de la familia. Jamás sabremos agradecerles todo lo que han hecho por nosotros».

La directora de la clínica Aprender a Crecer, Irene Carratalá, afirma que la fortaleza y evolución de Brayan es «admirable. Brayan tiene ahora un problema de coordinación y equilibrio que es residual, y tendrá que trabajarla de por vida porque tiene una lesión en el cerebelo. Ha mejorado mucho y mejorará mucho más porque tiene toda una vida por delante y es un niño con una fuerza y capacidad extraordinaria».