Este diciembre habrá una silla vacia en la tradicional cena de Navidad en el antiguo Kailuze, hoy La Casita de Sabino. En el mítico reservado del restaurante de la calle Gregori Mayans, la cuadrilla de Carmen Alborch y Vicent Todolí se citaba para arreglar el mundo y hablar de proyectos futuros.

Siempre entre Nochebuena y Nochevieja. Después de muchas complicidades, algunos solo se veían una vez al año en esa alargada mesa que hay después de la cocina del comedor que fundó Álvaro Oyarbide.

Carmen Alborch tampoco estará en los actos del treinta aniversario del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), el museo que ella inauguró el 18 de febrero de 1989 como directora, tras sustituir a Tomàs Llorens que pasó a dirigir el Reina Sofía, y que con Todolí había iniciado el proyecto a finales de 1986. Estuvo al frente del IVAM hasta 1993, cuando Felipe González asumió que Carmen Alborch era la musa de la modernidad que desde València había contagiado a España y la nombró ministra de Cultura.

Alborch siempre que hablaba de su etapa en el IVAM se le iluminaban los ojos. «Fue una etapa muy feliz con un equipo buenísimo», dijo hace justo un año en su última entrevista en este periódico. Un tiempo intenso donde se tuvo que terminar las obras del museo y hacerse un hueco en el mundo del arte.

«Teníamos que explicar todo, desde dónde estaba València, pero contábamos con la capacidad de convicción de Vicent Todolí. Fue riesgo y prestigio», explicaba. Aquella relación entre Alborch y Todolí fue trascendental para que el IVAM se hiciera importante en tan poco tiempo, con el Centre Julio González que alberga casi 400 esculturas, dibujos, pinturas y orfebrería del artista conocido como «el maestro del hierro».

La antológica de Sorolla

Fue capaz de involucrar a todo el sector artístico valenciano, con el fundamental apoyo de Andreu Alfaro. Ganado ese pulso, hizo un guiño fundamental para que el IVAM fuera un museo querido por todos los valencianos. A principios de diciembre de 1989 se inauguró la exposición antológica de Joaquín Sorolla, un acontecimiento que traspasó el aspecto artístico y supuso un auténtico reencuentro de la sociedad valenciana con uno de sus mitos culturales.

La atracción de la muestra de Sorolla para un público que, normalmente, no visitaba museos, como pronosticó Alborch en la inauguración de la exposición, se cumplió a rajatabla. Las largas colas formadas en Guillem de Castro dieron el espaldarazo definitivo de los valencianos a la modernidad que representaba el IVAM.

Fueron cuatro años intensos, con 95 exposiciones y más de 800.000 visitas. El equipo que dirigió Alborch puso al IVAM en la vanguardia de los museos europeos. Arts News, la biblia estadounidense del mundo del arte, editada en Nueva York, se rindió desde el primer momento a la programación del museo, una propuesta joven y cosmopolita, sin olvidar los referentes de la pintura contemporánea. Desde sus inicios se convirtió en uno de los mejores de Europa.

«Me gusta que la gente, cuando se refiera a mí, tenga como punto de referencia el IVAM. Volveré, aunque me digan que no es protocolario», comentó Alborch tras el nombramiento de su sucesor José Francisco Yvars.

Volvió tanto que en el IVAM estaba como en su casa, feliz y contenta.

El IVAM propone que el auditorio del museo lleve su nombre

El IVAM lamentó profundamente la muerte de Carmen Alborch, que fue directora del museo en su primera etapa, la más clave de su historia. El director del IVAM, José Miguel G. Cortés, manifestó que «el fallecimiento de Alborch supone una pérdida irreparable para la cultura de nuestro país y este museo siempre estará en deuda con ella».

Cortés anunció que la dirección del museo propondrá al próximo Consejo Rector que el auditorio del centro lleve el nombre de Carmen Alborch en su recuerdo, dado «que es un lugar donde se expone el conocimiento teórico, es un foro de debate y de intercambio de experiencias».

El IVAM recordó que Carmen Alborch estuvo presente este pasado mes de julio en la entrega del premio Julio González a Annette Messager, primera mujer en recibirlo en 18 años de historia del galardón.