El falso techo de las oficinas de la unidad de Caballería de la Policía Nacional en el complejo policial de Zapadores, en València, se desplomó ayer sobre uno de los escritorios, sin que, por fortuna, hubiese funcionarios en ese momento trabajando en la mesa, por lo que no hubo que lamentar heridos.

De momento, se desconoce la causa del siniestro, otro más dentro de esas vetustas y degradadas instalaciones policiales, que la secretaria de Estado de Seguridad, la valenciana Ana Botella, ha prometido convertir en prioridad a la hora de modernizar y sanear las infraestructuras policiales en València.

Una de las hipótesis es que el fuerte viento racheado que soplaba en ese momento se colase en el falso techo y provocase la rotura de los tirantes de esparto y escayola que unían las placas al techo, lo que habría provocado el desplome en cadena de varios metros cuadrados.

Los cascotes y parte del cableado eléctrico cayeron sobre la mesa del responsable de la unidad, un inspector que en ese momento estaba fuera de las oficinas, pero en una mesa próxima estaba trabajando una agente que, más allá del susto por el estruendo del desplome, no sufrió heridas, por fortuna.

Tanto las oficinas de Caballería como las de Informática, contiguas a las anteriores, se quedaron sin suministro eléctrico y sin conexión a internet.

Esas dependencias, así como la sede del sindicato Unión Federal de Policía (UFP) y las de la unidad de Subsuelo permanecen cerradas, a la que espera de que el arquitecto revise las instalaciones y determine si los policías pueden volver a ellas o deben esperar a que se cambie toda la techumbre de esa planta baja. La zona desprendida ayer es una de las que se quedó a medias en la reforma interrumpida en 2012.