Las cinco universidades públicas recibirán casi 799 millones, unos 30 millones más que en 2018, lo que supone un 4 % más. La subvención ordinaria crece en 10 millones, y se sitúa en 687,4 millones, una cifra similar a la de 2006.

No obstante, se incluye por primera vez el impacto generado por el Coste de la Normativa Estatal y Autonómica (CNEA) con una transferencia de 12 millones, aunque los rectores pedían 36 millones.

La partida para mejorar las condiciones laborales de la plantilla de las universidades crece en 28 millones y también se incluyen 9,5 millones más para compensar la bajada de tasas.

Sin embargo, la anualidad del plan de pago de la deuda que generó entre 2008 y 2014 a las universidades el Consell del PP baja a los 18,6 millones, 38 menos de los 57 que se esperaban y 24 menos que los 42,3 millones de 2018.