Varios fallos técnicos han retrasado esta mañana el despegue de un avión de Ryanair con destino a Sevilla. El vuelo, programado a las nueve y cuarto de la mañana ya empezó con un retraso de media hora y no fue hasta las 15.20 horas cuando despegó finalmente. Cuando los pasajeros subieron al avión, sobre las 10.00 horas, la compañía informó que el avión tenía una avería y que todos los pasajeros debían bajar de él hasta que encontrasen una alternativa que les llevase a su destino.

"Nos han bajado a todos y nos han llevado otra vez a la terminal en autobús", explica Laura Romero a este periódico, una de las afectadas atrapadas en el avión por las continuas averías. "Pasadas dos horas nos han subido a otro avión con el que, supuestamente, volaríamos a Sevilla", indica Laura. "A todo esto, ya eran las 11.30 horas y estaba previsto que nuestro vuelo llegase a su destino a las 10.30 horas", añade esta pasajera.

Un nuevo imprevisto retornó al punto de inicio a todos los pasajeros. "El segundo avión estaba ya en la zona de despegue y, de momento, ha empezado a oler muchísimo a gasolina", reconoce Laura que, asegura, "una azafata ha empezado a llorar". Acto seguido el avión volvió a pista. Otra avería frustraba de nuevo el viaje a Sevilla.

Laura asegura que en ese momento la compañía les informó de que "no había ningún otro avión vacío disponible" para los pasajeros que aguardaban su despegue desde las 9.00 horas, "así que nos han prevenido que debíamos esperar hasta que un ingeniero arreglase la nueva avería". Un avión en el que permanecieron unas dos horas sin poder bajar.

"Nos dijeron que no tardarían mucho en reparar la avería y que saldríamos de Manises a las 14.30", advierte Laura, pero a las 14.53 horas la compañía les avisaba que el ingeniero necesitaba 15 minutos más para arreglar el avión. Ante la molestia de la mayoría de los pasajeros, Rynair les propuso la opción de poder bajar del avión, pero les advirtió que podían perder el vuelo. "Al rato, se han bajado más de 20 personas renunciado al vuelo", incide Laura, que llegaba a Sevilla a las 16.30 horas.