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Análisis

La convención de "ideas" de Casado condena al PP de Bonig a un giro a la derecha

El ideario que los populares valencianos se marcaron hace dos años en el congreso autonómico choca con las posiciones actuales en inmigración, política social e igualdad - El PPCV pedía hace dos años acoger a los refugiados y políticas para lograr la justicia social

La presidenta del PPCV, Isabel Bonig, ayer en las Corts. efe

Dos años pueden llegar a ser una eternidad en política, un periodo de tiempo suficiente para acostarse considerándose un partido del «centro reformista» y levantarse con un discurso que encaja sin paliativos con la derecha ideológica.

Es lo que le ha pasado al Partido Popular y, por extensión, a los populares valencianos que mañana asistirán a cómo la convención «de las ideas» de Pablo Casado aquel que convirtió a Isabel Bonig en presidenta.

Con los principales candidatos ya bendecidos por Génova los populares valencianos afrontan la cita de este fin de semana en el recinto ferial de Madrid con una mezcla de sentimientos encontrados: de un lado; con la esperanza de que la irrupción de Vox les de la fuerza suficiente para recuperar las instituciones valencianas; y de otro, con el temor de que el volantazo a la derecha que ha dado su partido con el relevo de Mariano Rajoy acabe haciéndoles perder el centro político, ese lugar hacia el que la formación valenciana siempre viajó y que le permitió holgadas mayorías absolutas. Y es que el cónclave que hoy inaugura el gallego Alberto Núñez Feijóo arrastra de manera inevitable a los populares valencianos a la derecha y les aleja de centro.

Al tratarse de una convención, los populares no debatirán ningún documento y estrictamente la posición ideológica del PP es la misma que la que dejó Rajoy en su congreso nacional y el PPCV en su cita regional. Ahora bien, un repaso por el programa de mesas redondas y ponentes da una idea de donde se sitúa el partido en época electoral.

Algunas cuestiones son lugares comunes para los populares valencianos, asuntos en los que se sienten cómodos y que han formado parte del ADN de su discurso estos años en la oposición. Es el caso de la defensa de la unidad de España, la posición de mano dura contra el soberanismo catalán o la apuesta por la bajada de impuestos y la libertad educativa. Estos dos temas serán los primeros en debatirse en la convención que lleva por lema «España en libertad».

Sin embargo, hay otros asuntos menos cómodos para un PP valenciano que se autocalifica en sus estatutos como «el partido de los trabajadores» y «que apoya a las personas que nos necesitan» con alusión expresa a las mujeres víctimas de violencia de género.

Acogida a inmigrantes

Un partido que, según consta en las ponencias aprobadas, buscaba la «justicia social» y se comprometía con « el sistema de acogida y refugio de inmigrantes en un contexto internacional inestable y hostil para muchas personas». «La solidaridad es fundamental y reiteramos así nuestra vocación por ayudar a los refugiados», aseguraba.

En la convención de Casado los cargos populares tendrán poco protagonismo. De hecho, los candidatos valencianos tendrán intervenciones muy cortas, de apenas unos minutos y en el mismo plano de igualad que sus homólogos de otros territorios. La idea es dar voz a personalidades de la sociedad civil, presentados como referentes en temas como la inmigración, el liberalismo o el feminismo.

Serán en cierto modo los encargados de fijar posición. Así, el sueco Johan Norber, una de las voces más destacadas del liberalismo económico y defensor de la globalización, será el invitado estrella para dar las claves para acabar con la pobreza, mientras Mauricio Rojas, ex ministro de Chile, es escogido para hablar de inmigración.

Rojas, que fue diputado en Europa, generó controversias por su apuesta por una integración que sugería aplicar legislaciones diferenciales y discriminatorias para los inmigrantes. Para hablar de políticas de igualdad, el PP confía en María Blanco, autora del libro «Una defensa del feminismo liberal», en el que cuestiona conceptos (sistema sexo/género, techo de cristal) sobre el que descansan los estudios de género. Defensora de la prostitución, es conocida por sus polémicas con activistas feministas.

En esa mesa redonda en la que el PP «apuesta por la persona por encima del colectivo para defender el bienestar social» incluye a María Blanco, presidenta del comité de bioética, y defensora de restringir el aborto, un asunto, igual que otros como los vientres de alquiler, en los que Bonig decidió no marcar posición para dar libertad.

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