La fuerza con la que irrumpió la movilización del pasado 8 de Marzo consiguió zarandear los cimientos del concepto de huelga. El feminismo no solo contó con el aspecto laboral, sino que además fue capaz de visualizar la parte de cuidados, consumo y educación y evidenciar, así, que «si las mujeres paramos, se para el mundo» (lema de la marcha de 2018). Obtener los resultados del año pasado no es tarea fácil, pero los últimos giros a la extrema derecha tanto en el plano nacional como en el internacional ha conseguido que el mensaje cale como la única vía posible para hacer frente al fascismo.

De hecho, el Encuentro Estatal Feminista celebrado este fin de semana en València para tratar el próximo 8M ha «sobrepasado toda expectativa», indicó la portavoz de la Assemblea Feminista de 8M de València, María Cabeza. Más de 500 mujeres desbordaron la sala de la Universidad Politècnica de València (UPV) ayer. Y entre todas, unidas, declararon ir este año «más allá de la huelga y la manifestación», por lo que se preven actos reivindicativos desde principios de mes.

Entre algunas de las principales demandas de este año figura la de obtener una educación afectivo-sexual feminista y diversa; o la lucha contra la precarización laboral, así como una perspectiva de género en el sistema «sanitario patriarcal» que «despatologice a las personas trans», señaló la representantes de Vaga Feminista de Cataluña, Dolors Pulido.

Pero sin duda, el mensaje que irrumpe con fuerza este año ha sido el de transversalizar la perspectiva de la jornada a una mirada antirracista y anticolonial. Exigen, entre otras cosas, el cierre definitivo de los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE), la derogación de la Ley de Extranjería y solidaridad con las temporeras de Huelva. «No podemos hablar de una huelga que no incluya las diferentes luchas de muchas mujeres», indicó ayer la portavoz de la Comisión 8M de Madrid Rafaela Pimenter. «La lucha -añadió- de las mujeres por el derecho a la vivienda, la lucha por los derechos de las kellys, de las trabajadoras del hogar que sostenemos la vida de las personas». Por ello exhortan a todas a unirse a la movilización, porque «las mujeres tenemos suficientes motivos para hacer esta huelga». Entre otros, claro está, que sus vidas «sigue en peligro».