Esta próxima madrugada volverá a cambiar la hora para adaptarnos al horario de verano: a las 2 serán las 3. Ganaremos una hora más de luz, lo que puede parecer banal, pero que tiene importantes repercusiones para buena parte de la población, especialmente para los mayores. «El 90 % de los ancianos dependientes se ven afectados de manera negativa por el cambio de hora», señala el geriatra José María Gómez Reino. Sueño, apatía y pérdida de apetito son algunos de los trastornos que en las próximas semanas padecerán los pacientes de mayor edad. «El problema es que se acuestan más tarde porque hay más luz, duermen peor y entonces se duermen por el día, lo que agrava la situación», añade.

En las personas con problemas graves, como el alzhéimer o el deterioro cognitivo, el cambio de hora provoca un agravamiento de sus dolencias. «Están más agitados, en especial por la noche, lo que acaba repercutiendo en la familia», sostiene Gómez Reino. Hasta un mes puede tardar en volver todo a la normalidad con ayuda de los especialistas. «Si el paciente se vale por sí mismo y más o menos tiene buena salud, el problema se soluciona con consejos de higiene y diciéndole que haga ejercicio».

El adelanto de una hora en los relojes afecta de lleno a la producción de la melatonina, la hormona que interviene en el ciclo del sueño. «El problema es que esta hormona se fabrica en la oscuridad, por lo que una hora más de luz hace que nos entre el sueño más tarde», explica la neurofisióloga Paula Giménez.

Efecto en los adolescentes

Junto a los ancianos, los niños, y en especial los adolescentes, serán los grandes afectados en las próximas semanas. «Los adolescentes, por cuestiones fisiológicas, se duermen más tarde y madrugan mucho para ir al instituto, por lo que el cambio de hora les repercute mucho», sostiene Giménez. Un problema que se ve agravado también por el creciente uso que los adolescentes hacen de tablets y móviles hasta altas horas de la noche, lo que también influye en la producción de melatonina. Bajo rendimiento escolar, cansancio, irritabilidad… Son algunos de los síntomas que provoca este trastorno del sueño en los jóvenes.