En España les llamamos pueblos abandonados, pero los estadounidenses, siempre más directos, les llaman pueblos fantasma. Tal vez porque la distancia ayuda a ver la realidad sin sentimentalismos. Y, además, en este caso, también le pone precio: 82.000 euros concretamente.

Eso es lo que puede costar, según Bloomberg, un municipio abandonado en España, algo que en este país es una tragedia de grandes dimensiones porque cada día crece la extensión de las zonas despobladas y que, sin embargo, para un estadounidense excéntrico puede convertirse en una oportunidad.

Y es que, días después de que diferentes movilizaciones recuerden el drama de la despoblación de buena parte de España, la venta de pueblos se presenta como una posible solución, peculiar, eso sí, pero no menos que un erasmus para alcaldes, la opción que han planteado varios expertos.

Aunque en el reportaje de Bloomberg no figuraba ningún pueblo valenciano como posible punto de interés para los inversores de Estados Unidos, puesto que la agencia de noticias se fijaba sobre todo en las localidades del norte de España, bien podrían elegir alguno de los municipios víctimas de la despoblación en la Comunitat Valenciana.