Eresa Ascires se ha comprometido a realizar «un esfuerzo» para bajar el precio por resonancia que factura a la Administración pero ha señalado que «no es asumible» la rebaja que plantea la Conselleria de Sanidad. El director médico de Ascires, José Ferrer, junto a la directora de relaciones Corporativas, Pilar Domingo, explicó ayer el cambio de modelo en la gestión de resonancias que supone el nuevo concurso 201 de 2018 tras el fin del contrato el pasado octubre con la UTE Erescanner tras diez años. La unión de empresas, que lidera Eresa, aún continúa trabajando pese a la finalización del contrato a la espera de que la administración cierre el proceso de internalización del servicio que pasa por disponer de más máquinas (donadas por Amancio Ortega)y por subrogar al personal de Eresa. Sanidad les ha pedido, en estos meses de trabajo «extra» que reduzcan el precio de las pruebas que facturan, equiparándolo al establecido en el nuevo contrato externo, del que ha ganado tres de los cinco lotes Eresa. Sin embargo, la empresa defiende que el modelo es diferente y que los costos no son equiparables. Además, Ferrer, demandó ayer la activación del nuevo contrato: «Nosotros estamos preparados y ya no hay excusa para activarlo».

El grupo Ascires perderá el 20 % de su negocio con la finalización del contrato de las resonancias en los hospitales públicos. El pasado año el volumen atendido por Eresa ascendió a 250.000 exploraciones mientras que las resonancias estimadas con el nuevo contrato son 54.059.

Por otra parte, confirmaron que estudian presentarse al nuevo concurso de refuerzo que ha sacado el Hospital General de València tras iniciar la reversión del servicio, en manos al 100 % de Eresa.